Jerez

Mil hectáreas de viñedo del Marco están en abandono total o parcial

  • Los bajos precios de la uva, con una cotización mínima de 20 pesetas/kilo, y la falta de contratos disparan la apatía · Algunos viñistas renuncian a vendimiar por problemas de liquidez o porque no les compensa

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El Consejo Regulador tiene bajo control 240 hectáreas de viñedo en estado de abandono total y cuya producción no podrá ser destinada a la elaboración de los vinos de Jerez. Los casos de abandono total, que han proliferado en las dos últimas campañas, afectan básicamente a parcelas para las que se solicitó el arranque voluntario financiado por la UE, pero que finalmente se han quedado fuera del programa comunitario en vigor para el trienio 2009-2011, no habiendo realizado sus titulares las labores de mantenimiento y los tratamientos contra enfermedades previos a la vendimia, salvo en algunos casos la prepoda.

Pero al margen de estas 240 hectáreas, para las que presumiblemente volverá a solicitarse el arranque en la tercera y última oportunidad que tienen los viticultores de acogerse a las ayudas europeas que acompañan a la nueva OCM del vino por la reducción de la superficie de viñedo, el sector estima que en el Marco de Jerez hay otras muchas viñas en estado de abandono parcial o semi-abandono, que sumadas a las anteriores rondan el millar de hectáreas.

Este segundo paquete de viñas se diferencia del anterior en que sus titulares han realizado una inversión mínima -poda y tratamiento básico-, que permite a su uva entrar los lagares inscritos en el Consejo Regulador, en este caso por razones muy distintas a las del abandono total, ya que mayoritariamente se trata de viticultores que carecen de contrato para entregar la cosecha o que han reducido al mínimo los costes para sopesar sobre la marcha si les compensa vendimiar.

Los últimos contratos en el sector, con la vendimia en puertas o ya iniciada, se han firmado a veinte pesetas el kilo de uva -12 céntimos de euro-, en el mejor de los casos a 25 pesetas -15 céntimos-, asegura el presidente de la asociación de viñistas independientes Asevi-Asaja, Francisco Guerrero, quien explica que en viñas de baja producción, con rendimientos de entre 6.000 y 7.000 kilos por hectárea y en los que se realiza la recolección a mano, no salen las cuentas, ya que al agricultor le cuesta dinero recoger la uva.

Es difícil precisar el número de viticultores que finalmente han tenido que renunciar a hacer la vendimia, bien porque no tienen garantizada la entrega de la uva, bien porque tienen problemas de liquidez para contratar la mano de obra, pero en la situación del sector y con los bajos precios de la uva, que en algunos casos llevan varios años sin cobrar por sus cosechas, más de uno ha decidido dejar la uva en el campo para no acumular más problemas.

El problema se agudiza entre los pequeños viticultores de Sanlúcar y Trebujena, localidades que este año se ha visto especialmente afectada por las enfermedades -el hongo del mildiu ha hecho estragos en las viñas trebujeneras-. Según el vicepresidente de la cooperativa Virgen de La Caridad, Manuel Galán, para muchos de estos productores, que están "asfixiados", es el segundo año sin vendimiar "porque llevan tiempo sin cobrar y no tienen dinero".

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