Jerez

En los altares

  • Historia y anécdotas de la iglesia de San Lucas, inscrita recientemente en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz de la Junta de Andalucía

La mañana pinta calurosa. Son las diez en punto de un lunes de mayo y huele a desayuno rico en casa de Manuela. Como todos los inicios de semana, esta vecina del barrio de Santiago cumple con la tradición: visita a las iglesias de San Mateo, San Lucas y San Juan de los Caballeros y al convento de Santa Clara. La ruta la hace por su sobrino Rafael, "un buen chaval", para pedir que le salga "un trabajito", algo que deja, "tal como están las cosas", en manos de San Nicolás. No es la única jerezana que hace esta 'peregrinación', a ella se suman numerosos ciudadanos provenientes de muchos puntos de Jerez. "Los lunes está la zona muy animada", asegura el deán de la Catedral y párroco de San Lucas, Antonio López.

Y es que San Lucas, además del reconocimiento de sus vecinos, ha recibido del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía el privilegio de ser inscrita en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de Monumento, un edificio de gran singularidad en la arquitectura religiosa andaluza por su combinación y superposición de los estilos gótico-mudéjar y barroco. "Esto conlleva que se conserve el patrimonio tan rico, ya no sólo de esta iglesia, sino del que hay en toda Andalucía", añade López.

El templo forma parte del conjunto de las seis parroquias que se construyeron intramuros de la ciudad, sobre antiguas mezquitas, durante los primeros años de la conquista cristiana en la segunda mitad del siglo XIII. Presenta una estructura mudéjar de tradición sevillana que se mezcla con elementos constructivos propios del gótico cordobés y con una ornamentación interior barroca del siglo XVIII. Hoy, la iglesia está al cargo de la Hermandad de las Tres Caídas, dedicada a cuidar y conservar el templo, su sede, su segunda casa.

El hermano mayor, Francisco Bazán, apunta que la hermandad "cuida de la iglesia y conserva su patrimonio desde hace muchos años, aunque no siempre se tienen todos los medios para hacerlo. Lo que está claro es que si un edificio de esta antigüedad no se habita, no paran de aparecer problemas, y más en un templo, donde se magnifica todo. Estamos muy pendientes, sobre todo, de la cubierta, para evitar filtraciones. Y en el interior, la limpieza diaria". Bazán se felicita por la iniciativa de la Junta y agradece la labor que durante años ha hecho la familia Ruiz-Mateos por la iglesia, que forma parte del censo de hermanos. De momento, la obra de mayor envergadura a la que ha hecho frente la hermandad ha sido la restauración del Sagrario, "aunque nos gustaría arreglar el altar mayor pero nosotros solos no podemos afrontarlo. Se está estudiando la Catalogación de la Junta para ver si tenemos subvenciones". Bazán asegura que para ellos, San Lucas es su segunda casa, "donde pasamos mucho tiempo y es que allí también se atiende la acción social". El hermano mayor demanda más atención a esta zona, "una tanto despoblada y de poco tránsito. Creo que el casco histórico se está quedando arrinconado e incluso abandonado. Espero que este reconocimiento sirva para dotar de más vida y cuidados a este entorno".

Un templo que siempre ha sido uno de los más pobres de Jerez, que guarda en su interior, sin embargo, una gran riqueza. "En San Lucas podemos hacer un recorrido bastante amplio por la historia del arte de la ciudad porque aunque la fábrica primitiva es mudéjar, el templo tiene intervenciones posteriores que lo van poniendo al día, muchas veces por gustos estéticos y otras veces porque había que reconstruir. Se habla mucho de que encima de la yesería de tipo gotico-flamígero están las vigas originales, pero no es así ya que en el siglo XVIII se hizo un tejado nuevo, el temploe fue barroquizado", cuenta el historiador Pablo Pomar, como anécdota. Una de las piezas más excepcionales del templo es la Virgen de Guadalupe, que según la tradición estuvo en la Batalla del Salado, así que data, "como mínimo", de 1340. Al regreso, Sancho IV la dona a la iglesia. Dicen que el rey la llevaba a caballo, y la sujetaba por un asa en la contienda. Tiene un ajuar "bastante interesante", la corona es del siglo XVIII, aunque la mayoría de las cosas "son de buena platería".

Y el popular San Nicolás, a quien Manuela tanto visita, y que se encuentra en este templo, celebra su día el 6 de diciembre, fecha en que se muestra una especie de brazo, a forma de escultura, con una reliquia en su interior, una suerte de hueso. Lo que se encuentra expuesto a diario es el cuadro del santo, del siglo XVI. Asimismo, uno de los retablos más interesantes que tiene San Lucas, al que los historiadores aseguran que le hace falta una restauración, es obra de Francisco Camacho de Mendoza que data del siglo XVIII, que la humedad está estropeando, y en el que se representan las ánimas, con alusiones a ultratumba. Está ubicado en una de las capillas. Otro retablo es el de San Francisco Javier, que se encontraba en la Compañía de Jesús, y que tras su marcha, pasó a San Lucas. Por otra parte, una de las restauraciones más destacadas ha sido la de la capilla de los Dávila, por la familia Ruiz-Mateos, "que ha hecho otras intervenciones en San Lucas", comenta el deán.

San Lucas no ha sufrido apenas restauraciones ni el XIX, ni el XX, por lo que prácticamente es una parroquia histórica. Sí ha sido trasladado el coro a la Catedral y al Palacio Bertemati, ya que ocupaba demasiado espacio en la iglesia. "Este templo es un monumento vivo, es decir, no es como el Alcázar, que es un museo. Algo que es importante a la hora de valorar un monumento ya que tiene un carácter etnológico", subraya el historiador Manuel Romero Bejarano. El hecho de que San Lucas haya tenido pocos mecenas para su restauración, al menos le ha favorecido en el sentido en que se conservan numerosas piezas que en otros templos ya no existen, como las pinturas del retablo mayor, que necesitan una importante restauración. Otro de los proyectos que está a la vista es la apertura de las criptas, "que no sabemos en qué estado se encuentran", adelanta el párroco.

Entre una cosa y otra, en total hay 114 obras de orfebrería, escultura, pintura, joyería, así como mobiliario, relieves, bordados, reliquias, vestiduras y documentos de entre los siglos XVI y XX. Algunas de estas piezas se exponen en el pequeño museo ubicado en la antesacristía, donde se encuentra un artesonado casi sin restaurar, y custodiado por la Hermandad de las Tres Caídas, cuya imagen procesional se alberga en el templo y que se va a restaurar en breve. Entre la platería más destacada están los copones y custodias.

La iglesia de San Lucas, allí, en lo alto, sobre lo que eran unas gradas, que marcaban la jurisdicción de la iglesia, es decir, quien se acogía a ella no podía ser retenido por la autoridad civil. Por su pequeño aforo, no suele ser escogida para celebraciones, aunque la devoción a las Tres Caídas es muy fuerte. Hay que destacar que para preservar la percepción visual de la iglesia y la coherencia arquitectónica del área del centro histórico de Jerez donde se sitúa, el decreto de inscripción en el Catálogo del Patrimonio establece un entorno de protección que afecta a espacios públicos y privados de las plazas de Belén y San Lucas y de las calles Santa María de Gracia, Jesús de las Tres Caídas, Ánimas, San Honorio, Moral y Cabezas. Todo un 'cordón sagrado' para que luzca en los altares este destacado, aunque discreto, rincón jerezano.

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