El libro Documentum, original de Sara Herrera Peralta, resultó ganador semanas atrás del XXXI Premio 'Carmen Conde' de Poesía de Mujeres, convocado por Ediciones Torremozas. La escritora, nacida en Jerez en 1980, es diplomada en Turismo (UNED) y en International Management Assistance (Universidad de Navarra), Master en Dirección de Marketing y Comunicación (UOC), MBA especializado en Comunicación y Medios (Paris Graduate School of Management) y actualmente estudia Diseño Gráfico en Londres. Ha recibido el premio Voces Nuevas, el premio Internacional de Poesía Joven Martín García Ramos, el premio Ana del Valle y ha sido finalista del Premio Adonais. Tiene publicados los poemarios La selva en que caí (2007), De ida y vuelta (2009), Sin cobertura (2010), Provocatio (2010), Shock (2011), Mamá era Ilsa Lund al principio de todo (2012), Hay una araña clavada en mi clavícula (2012) y Quien mire hacia abajo, pierde (2013). La autora visitó días atrás el Ateneo de Jerez para ofrecer una lectura poética. Aquí, una charla con la laureada joven.

-¿Es la primera comparecencia de este tipo en su ciudad natal?

-Sí, es la primera vez que recito en Jerez. Han pasado ya unos cuantos años desde que publiqué mi primer libro y a veces me invitan a festivales o ciclos de poesía en España, pero nunca antes había tenido la ocasión de venir a la ciudad en la que he vivido durante parte de mi infancia y toda la adolescencia. La ciudad en la que sigue viviendo casi toda mi familia, mi ciudad, yo que me considero mitad jerezana, mitad trebujenera.

-¿Qué supone para usted dar a conocer su poemario en Jerez?

-He hecho una retrospectiva y, a pesar del vértigo, ha sido una buena oportunidad para todos los que no hayan leído ninguno de mis libros. Hay una poesía íntima y una poesía social, una poesía del yo y una poesía colectiva que busca más al lector. Una crítica al sistema en el que vivimos en ocasiones, un canto al amor (no sólo al amor romántico), preguntas ante la muerte o la enfermedad, el paso del tiempo, la condición de extranjera... Estoy muy agradecida al Ateneo por la organización y el espacio.

-¿Qué pretende con su poesía?

-Yo escribo para salvarme, es un ejercicio de comunicación conmigo misma y con los demás. La poesía a veces me salva, por eso la considero necesaria: no sólo la mía, la de todos los poetas. Escribo por pura necesidad.

-Sabemos que Louise Bourgeois con su libro Destruction du père. Reconstruction du père, ha sido importante en su vida poética. Pero, ¿hay algún autor clásico que le sirva de referente?

-Siempre se me da mal quedarme con un solo referente, pero hoy me apetece un guiño a Rosalía de Castro, morriñenta y otra de mis madres poéticas desde que gracias a todos mis queridos gallegos su obra me acompaña. Quiero citar también a Wislawa Szymborska, aunque sea menos clásica, es la referente de todos mis referentes. Por su poesía, por su cercanía y su inteligencia, por la ternura.

-¿Está de acuerdo con Gabriel Celaya en que la poesía es un arma cargada de futuro? ¿Qué añade usted con su poesía a esta afirmación?

-Si me pregunta por esos versos que dicen que En tiempos de horror y abatimiento/ reclamo la alegría/ como arma y sostén/ contra este mundo, sí, pero es un arma figurativa. La poesía tiene el futuro que nosotros queramos para ella, y siempre habrá poetas y lectores que quieran que la poesía siga siendo un medio, una forma más de estar en este mundo.

-¿Ha realizado alguna dedicatoria especial con esta lectura poética?

-No he llegado a tiempo para que pudieran escucharme mis abuelos. Ha sido bonito seguir celebrando la vida con los que más quiero, y la mayoría de los que son han estado.