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La ciudad de la historia por Fco. Antonio García Romero, Eugenio J. Vega Geán

El Ager Ceretanus y el poblamiento romano de la Campiña de Jerez (I)

La ciudad de la historia

Sobre todo tu, Silvino, eres el principal testigo de la veracidad de mis palabras, pues recordarás bien que yo injerté en un bienio dos yugadas de vid con más de una viña tuya temprana que tienes en tu finca de los Campos Ceretanos (Columela, De re rustica III 9,6)

Columela escribió estas impresiones a su amigo Silvino. Columela, un terrateniente gaditano que, como los Balbo, pertenece a una familia que había iniciado su aproximación a los círculos del poder romano en un momento en que la orgullosa Roma, dueña del Mediterráneo, precisa de continuos abastecimientos de cereal, vino, aceite, salazones y otros productos para mantener una política de distribución gratuita de trigo a la ciudadana común - el conocido panem et circenses -, pero también para asegurar los recursos básicos que el ejército romano podía precisar en sus campañas. En estos momentos, en una época que abarca la dictadura de César ( mediados del siglo I a.C) y la instauración del régimen imperial de Augusto ( muerto en 14 d.C), gran parte del esfuerzo del estado romano se orienta a garantizar este suministro, pero también a solucionar otra cuestión social surgida precisamente por la apropiación de las tierras conquistadas en Italia (el ager publicus) por parte de una oligarquía senatorial que el propio régimen imperial sostiene : un sinfín de pequeños campesinos desposeídos que ante su situación emigran a Roma en busca de oportunidades, o que, incorporados a filas y después de 20años de servicio en las legiones, esperaban un honroso retiro con una concesión de un terruño por parte del Estado para vivir sus últimos años

Las tierras de Italia son en su mayor parte patrimonios de los poderosos. Y si el Estado romano quiere mantener la paz social entre sus administrados, tiene que solucionar estos dos asuntos: el abastecimiento y las concesiones de lotes de tierras. Las provincias romanas solucionarán los dos. Y en nuestro ámbito, la provincia de Cádiz es modélica.

Por su parte, la incorporación de numerosos pueblos, aldeas y ciudades de las riberas del Mediterráneo al Estado romano abre la necesidad de abastecer también a estos pobladores, que además, y a medida que avanza el Principado, adquieren derechos de ciudadanía (en Hispania, con el edicto de Vespasiano de 74 d.C). Así se organiza un mundo provincial en torno a civitates (núcleos urbanos) que administran los territorios circundantes ( los agri ) en donde reside gran parte de la población. Y en ellos, las oligarquías locales, que controlan tanto el aparato de administración local como - cada vez más - la producción y la distribución de los alimentos.

Columela, gaditano, posee algunas fincas en el Ager Ceretanus. Esto quiere decir que estas oligarquías gaditanas controlan también la producción del interior de la provincia y - digámoslo ya - de la campiña de Jerez.

¿Qué era el Ager Ceretanus? De entrada, una importante zona agrícola que en todo momento de la Historia de Roma estará directamente vinculada con el abastecimiento de víveres a la capital, y que dada la riqueza de sus suelos permitía una importante producción, muy diversificada, que incluía los elementos esenciales del policultivo mediterráneo: trigo, vid y - sin duda en mucha menor proporción - olivo. Y si hablamos de un Ager Ceretanus, tenemos que hablar de un núcleo urbano, Ceret . El paisaje antiguo de la comarca de Jerez nos es conocido, pues aunque ni Estrabón ni Plinio citan la ciudad de Ceret, nos recuerdan que su entorno es un espacio abierto al mar. Y teniendo en cuenta estas consideraciones, el Ager Ceretanus también tendría un estero (los Llanos de Caulina) y un núcleo administrativo, Ceret, que se ubica en el fondo del estero: la sierra de Gibalbín

Este territorio estaba atravesado por la Vía Augusta, y por otra calzada paralela en cuyos recorridos se fijaban estaciones que servían para organizar la annona, el servicio de abastecimiento de víveres. Una parte del Camino Viejo de Espera - entre Jerez y esta localidad - diseña un recorrido que pasa necesariamente por la Sierra de Gibalbín, atalaya de observación, de control de rutas y cabeza administrativa a nivel civil y militar: Ceret.

El Ager Ceretanus empieza siendo un territorio dependiente de Hasta Regia. Pero Ceret (sic) no figura en la toponimia. Esto ha llevado a cuestionarse la existencia de la ciudad - civitas u oppidum - en beneficio exclusivo de una entidad rural. Pero no parece que fuese así, pues la existencia de una ceca es determinante para asegurar la presencia de un núcleo de población 'urbana' con algunas funciones administrativas.

Y parece que ese fue, efectivamente, su papel. La propia administración romana impulsó a Ceret y a otros núcleos de población ya destacados en época prerromana para restar influencia a Hasta Regia , como ya se venía haciendo desde la liberación de los esclavos de Hasta decretada por Emilio Paulo en 189 a.C. (CIL II, 5041), dos años antes de su ocupación efectiva. Hasta es castigada por su resistencia a Roma, y se segregan de ella muchos de los territorios que ésta administraba. Si en el siglo II a.C perdió el control sobre Lascuta, y con ello seguramente gran parte del sur de la provincia de Cádiz, entre 100 y 80 a.C., como sugieren las emisiones de las cecas próximas (Nabrissa, Carissa, Ipora, Ceret) se están diseñando nuevas entidades administrativas romanas: cada una de ellas, una civitas que administra un ager.

Una vez configurado el Ager Ceretanus, éste entra de lleno en los planes de la administración romana como uno de los numerosos centros de explotación agrícola que cubre las necesidades de abastecimiento del Estado (annona) .Así lo vemos en las emisiones numismáticas que nos muestran en su anverso una o más espigas (ya en el siglo II a.C Carmo, Lastigi, Laelia, Ilipla y Callet en el Valle del Guadalquivir) y así lo vemos igualmente en el siglo I a.C en Acinipo , Baesippo o Ceret, cuando Pompeyo está en Hispania a la cabeza de la annona para garantizar trigo a Roma en un momento de alza de precios.

Pero el Ager Ceretanus es también un espacio de colonización agraria, y que entrará en otros planes: los de César. Éste ha asumido como propio el viejo proyecto de los Graco de dar salida a la crisis del campesinado de Italia con la concesión de lotes de tierra en las provincias (y la Bética siempre fue, a tal efecto, pionera). Otra cuestión es que también César pactó con las elites locales indígenas para mantener la fidelidad de los territorios incorporados, siendo en este caso proverbial la aproximación a los Balbo de Gades, a los que Pompeyo ya concedió honores por ayudarle en el tema del abastecimiento. Los Balbo encontrarán en esta coyuntura posibilidades infinitas de enriquecimiento, y de hecho lo que observamos en la provincia de Cádiz es que, tras las guerras civiles, y desde mediados del siglo I a.C., Gades ha aumentado considerablemente su influencia en el asunto de los abastecimientos a Roma, y sus elites locales no ya solo buscan vincularse con las elites de Roma, sino también monopolizar este comercio de alimentos desde Hispania, accediendo - todo hay que decirlo - al control de las tierras circundantes a Gades.

Cuando en plena guerra civil Hasta fue tomada por César (45 a.C.), se desarrolla en ella una colonia con elementos itálicos y con la distribución de lotes de tierra (centuriaciones), que debieron de afectar también al Ager Ceretanus. Así nos lo recuerda una ara funeraria del Museo Arqueológico de Jerez que nos rescata el nombre de Sicinia Tuscilla con una interesante onomástica de origen etrusco que constata que esta presencia itálica en las tierras del Ager Ceretanus - y de otros puntos de la provincia de Cádiz - es ya una realidad.

Fco. Antonio García Romero

Eugenio J. Vega Geán

Centro de Estudios Históricos Jerezanos www.cehj.org

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