EL kea es un loro de gran tamaño que habla poco. A decir verdad, se comunica por medio de silbidos y gritos, alguno muy similar a la risa humana más aguda. Son muy inteligentes y a diferencia del político español, saben trabajar en equipo. Cuando en una comunidad de estas simpáticas aves toca colaborar, por ejemplo, para alimentarse, todos arriman las alas para llenarse el pico. Los representantes de nuestras poderosas instituciones, en cambio, charlan como loros pero no conocen la palabra equipo y ni siquiera saben comunicarse entre ellos, lo que indica a las claras que este país hay que resetearlo con urgencia, formatearlo e iniciarlo de nuevo. La intención del Pentágono para visitar las Urgencias y la UCI del hospital ha sido la última señal de aviso.

En cualquier país serio se habría reaccionado con otra categoría y rigor ante la solicitud que remitió a la gerente del hospital la subdirectora adjunta de Asuntos Sanitarios del departamento de Defensa de EEUU. Aquí cuando los políticos huelen la carnaza para obtener rédito electoral todos dan la nota. Vaya por delante que el momento y el canal elegido por el Pentágono para inspeccionar el hospital han sido cuanto menos inoportunos. Y que la visita se solicite a la vez que se alcanzan los acuerdos con EEUU para usar las bases de Rota y Morón en la misión contra el ébola ha alimentado la especulación y tampoco ha ayudado a tranquilizar al personal. Esgrimir 24 horas después de que en realidad lo que se pretendía era visitar los paritorios porque el escudo antimisiles ha aumentado de manera notable la población militar y civil en la Base, lo cual es cierto, ha sido aún peor.

A estas alturas, el ridículo era inevitable y eso que participaban en el vodevil expertos en el equívoco y la intriga: el ministro de Defensa, la presidenta de la Junta, la consejera de Salud, la delegada del Gobierno central, el portavoz del PSOE andaluz en el Parlamento, el portavoz del Gobierno andaluz, el portavoz parlamentario del PP andaluz, la alcaldesa, la candidata socialista a la Alcaldía, el presidente provincial del PP, el coordinador de IU en Andalucía, la secretaria general del PP andaluz... El Pentágono tembló por momentos, pero por fortuna el concejal de barrio no le pidió explicaciones. Al parecer, a la Junta le habría gustado que Obama le hubiese remitido un saluda anunciando su llegada con de antelación para subrayar que antes de poner un pie en Andalucía hay que hablar con Susana Díaz. Ni Oriol Junqueras lo habría hecho mejor. Los populares no han salido mejor retratados como palmeros de Mr Marshall, dando lecciones sin conocer el fondo del asunto.

Lo extraño es que EEUU mantenga la base en Rota tras comprobar que seguimos igual de chiflados que el día que le abrimos las puertas con los niños pidiendo chicles a los marines. ¿Cuántos de los que han hablado conocen los recursos de los que dispone el hospital de Jerez para enfrentarse al día a día? ¿Cuántos conocen sus carencias y sus puntos fuertes? Lo curioso es que la Junta no permite la visita alegando que sembraría la alarma entre la población, después de filtrar la noticia, vincularla al virus y deslizar que Rajoy abre la puerta a que el ébola se cuele en Andalucía a través de las bases de Rota y Morón. Ni todos los keas del mundo habrían dicho tantas tonterías.