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"Mi primer cobro como cómico fue un Frigopié"

  • El jerezano José Campoy triunfa en las redes sociales gracias a su parodia sobre el narco Pablo Escobar después de 20 años de carrera como humorista

Arqueó la ceja, su respiración se volvió profunda -como el que acaba de darle una calada a un cigarro y guarda con recelo el humo en sus pulmones- y su voz y gestos eran similares a los del tenista Rafa Nadal. A partir de entonces, durante unos segundos Shakira, Iniesta o el mismísimo Manuel Ruiz de Lopera respondían a las preguntas dela entrevista preparada para José Campoy, cómico jerezano. Aquel que desde niño quería dedicarse al humor, aunque la vida lo llevara a licenciarse en derecho y a cursar un master en recursos humanos y otro en prácticas jurídicas; a contar chistes mientras actualizaba cartillas en una sucursal bancaria .

"Fue una cena con mis padres", relata sobre su primera actuación remunerada, cuando todavía no contaba una década en el mundo: "Mi padre me dijo que imitara a los políticos de la transición y el camarero me dio un Frigopié. Entonces dije: esto es magnífico, me voy a dedicar a ello". A partir de aquí comenzó a pasear el nombre de su ciudad por todos los escenarios. "A Jerez siempre lo llevo por bandera", afirma el cómico que adora a los Beattles y Jim Carrey y comienza sus espectáculos nombrando el lugar donde nació, pidiéndo al público un olé: "O no empiezo".

El fruto a sus años de trabajo está siendo ahora más visible que nunca gracias a las redes sociales. Campoy se hizo viral con un vídeo no exento de polémica. El cartel de la Puerta del Sol, en Madrid, donde Netflix anunciaba la serie Narcos -basada en la historia del narcotraficante Pablo Escobar- con la frase 'Oh, blanca navidad' le dio una idea al jerezano, que se puso su peluca y su bigote para imitar al protagonista colombiano de la serie en la céntrica plaza madrileña. "Escobar me cuativó y me hice un friki de la serie", reconoce antes de explicar que "empecé a imitarlo antes y vi que había muchísima polémica con este anuncio -por cierto, me pareció una auténtica obra de arte publicitaria. Eso hay que estudiarlo en las universidades-, aproveché la situación (también hay que tener un par para meterse vestido de Escobar en la Puerta del Sol y grabarlo) y pegué el pelotazo". A partir de ahí, Netflix le regaló entonces la sudadera con la que aparece ahora en sus vídeos y lo contrató para ir a Colombia a la grabación de la serie y hacer las promociones de la nueva temporada que se estrena en septiembre.

No obstante, Escobar solo es uno más de los tantos personajes a los que imita José Campoy. La puesta en escena de ellos conlleva mucho tiempo: "Yo normalmente estoy todo el día metido en un personaje. Si llamo a algún amigo le hablo como el personaje". Pero dependiendo de la persona a la que tenga que imitar le cuesta más o menos. "A Rafa Nadal le dediqué mucho tiempo. Otros son muy difíciles para mí porque soy de registro agudo. Personajes graves como Matías Prats o de ese tipo me cuestan más. Pero Lopera, por ejemplo, tiene la voz muy parecida a mí. Hay personajes que los trabajo mucho y otros que pido una cerveza y digo: '¿Este quién es?' Ah, pues este es Lopera y la agenda que tengo llena de ideas".

Pero el humor en España no se toma como un trabajo serio a pesar de todo. Campoy reconoce que "cuando te dedicas a vender condones, eres comercial de condones. Si lo que vendes es risa, la pregunta es: ¿Pero aparte de qué vives? Mira, soy autónomo en el epígrafe 036: humoristas, caricatos y excéntricos. Somos un país cachondo, más en Andalucía y en Jerez, pero sin embargo está muy bien si eres gracioso, si eres profesional de eso no estamos acostumbrados". El problema es que un chiste lo cuenta cualquiera, pero en su profesión "hay que asumir la responsabilidad de subirte a un escenario y hacer reír a miles de personas. El día que la actuación es dura o no estás bien anímicamente tienes que darlo todo. Ahí es cuando digo: hoy he tenido que trabajar".

Además, hay que contar con aquellos que se molestan con el humor. ¿Qué limites tiene su profesión? "Hay que ponerle muy pocos. De hecho, aquí nos reímos de casi todo. Esto puede herir la sensibilidad de muchas personas, pero creo que nos podemos reír de todo, a su debido tiempo. Si ahora mismo ocurre una catástrofe, sería meter el dedo en la llaga. Con el paso de los años... Los americanos son para eso los número uno y han hecho millones de chistes con terrorismo y las torres gemelas. Es una buena forma de superar los problemas: reirse y quitarles importancia. Si los límites te los ponen los políticos, no. Pero el público es libre de decir si le ha gustado o no".

No obstante, más allá de Pablo Escobar no ha tenido problemas. Su humor es blanco y es un artista de altos vuelos. De hecho, su actuación más dura fue en un Boeing: "Me contrató un patrocinador de la Selección. Actué en Polonia antes de los partidos de la Eurocopa que jugó España y de camino en un Boeing de estos gordos, con 600 personas, y no llegaba la megafonía para todo el avión. Tuve que ir contando el monólogo por grupos durante hora y media".

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