CRÍA CABALLAR

La reserva genética del pura raza

  • La Yeguada Militar cumple 125 años dotando de los mejores ejemplares de caballos al Ejército y a las Fuerzas de Seguridad

  • Atesora 450 caballos de la más alta categoría

La Yeguada Militar cumple 125 años. Un siglo y cuarto en el que ha ido atesorando lo más granado de los caballos de Pura Raza Española y Árabe en sus instalaciones de Vicos y Garrapilos. Se trata de una reserva genética en la que los mejores de los mejores caballos se crían en unas instalaciones que suman las 1.600 hectáreas en la carretera de Arcos, a un paso de la vecina localidad de Jédula.

En total, son unas 450 cabezas de ganado las que se guardan en ambas sedes, en Vicos las hembras reproductoras con sus potros; en Garrapilos los machos reproductores. Se trata de ejemplares de una belleza sin igual, animales nobles cuyo excedente sale en subasta cada año. La crisis también ha dejado su marchamo en la institución. Caballos que antes de la crisis salían por 14.000 euros hoy son subastados por 4.000 o poco más. La certeza que tiene el comprador es que se lleva un "fórmula uno de los caballos", como en su día dijese la conocida actriz Bo Dereck, una amante de los caballos españoles.

Muchos jerezanos quizás lo desconozcan pero es que estos islotes de cría caballar tienen repercusión en el mundo entero. "No en vano, en la genealogía de todos los campeones del mundo de Pura Raza Española encontramos el hierro de la Yeguada Militar, igual que la encontramos prácticamente en todos los campeones de España", asegura el teniente coronel jefe de la Yeguada Militar Antonio Gómez Pascual, quien añade que "en la recién publicada lista de cinco binomios de caballos de Pura Raza Española que van a representar a España en el Campeonato de Mundo de caballos jóvenes encontramos que todos tienen ascendentes en la Yeguada Militar. Estos datos demuestran sobradamente la calidad del ganado que se ha criado, así como la generosidad y eficacia del Servicio de Cría Caballar en la importante labor de fomento que durante tantos años ha ejercido y ejerce".

La Yeguada Militar es un verdadero orgullo para Jerez y para la industria ecuestre de la zona y las provincias aledañas. Crían lo mejor de lo mejor y, además, se puede decir que no dan abasto. De estas instalaciones salen los caballos que lucirán representaciones de las Fuerzas Armadas tales como la Guardia Real o las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, tales como el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil, sin olvidar los convenios existentes con instituciones tales como la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre que derivaron, tras no pocos esfuerzos, en la consecución de medallas olímpicas con el jinete Ignacio Rambla.

Los caballos, como arma de guerra, vivieron su última participación en un conflicto bélico en la I Guerra Mundial. En la II Guerra Mundial su presencia ya fue prácticamente testimonial. El siglo XIX, con sus inestabilidades sociales y políticas y sin olvidar las desamortizaciones, provocó que la cría caballar se entregase a los militares. Todo empezó en Moratalla (Córdoba) desde donde se abrieron sedes, llamémoslas así, y una de ellas fue Jerez. Los avatares del destino hicieron que pese a tener presencia en la ciudad desde comienzos del siglo XX se asentase de forma definitiva en 1956. "El siglo XIX -señala Antonio Gómez Pascual- fue determinante. Recordemos que en dicho siglo empieza con una invasión francesa, a la que sigue una guerra de independencia, tres guerras carlistas, las desamortizaciones... Fue entonces cuando se adoptaron medidas clave: la potenciación de los 'caballos padres' (actuales sementales), se encarga al Ejército su gestión y se crea la Yeguada Militar".

Pasaron los años y la conexión de este servicio militar con la sociedad civil es máximo. Son los garantes de la Pura Raza. Por ello prestan servicios a los ganaderos. Las inseminaciones tienen un coste de 115 euros durante cuatro meses, teniendo en cuenta que el propietario de la yegua debe llevarla a las instalaciones. Hay otra modalidad mediante la cual el ganadero se lleva el semen por 58 euros la dosis y él, con su veterinario, procede a la inseminación.

Una vez nacidos los potros estos son sometidos a análisis de ADN que permiten garantizar algo tan simple como que "son hijos de su padre y de su madre", derivándose informe a las asociaciones de criadores (de raza española y árabe) que dan el visto bueno a su inscripción en los libros de registro. "Si seguimos los libros se puede decir que hay ejemplares de los que se puede atestiguar su ascendencia genéticas durante los últimos cien años e incluso más".

Las hembras campan a sus anchas en Vicos. La mayor parte del tiempo están al aire libre con sus potros. Llama la atención la forma en la que sus cuidadores, con un par de silbidos, son capaces de conducir a los animales a sus cuadras, de forma obediente. Saben que allí les espera el pienso. Los potros caminan detrás de sus madres. No hay que llevarlos. Gómez Pascual destaca que estos pequeños potros son destetados a los seis meses y de inmediato empiezan con las primeras nociones de doma. Se les acostumbra a llevar la cabezada (arnés de la cabeza), se les acostumbra a estar atados un ratito a la pared y a que una persona los pueda pasear dócilmente. "Si esperas a hacerlo cuando tiene 400 kilos lo más probable es que el adiestrador, en un tirón, acabe rodando por los suelos", dice el teniente coronel.

Una vez destetados son seleccionados. Las yeguas se quedan en Vicos y los machos marchan a Garrapilos. En el primer cortijo hay 250 cabezas. En el segundo unas 200. "Todo lo que producimos tiene salida. Y si produjéramos más pues más salida tendrían", señala con orgullo Antonio Gómez Pascual.

Este año un ambicioso programa de actos celebrará este 125 aniversario: el acto institucional será el próximo 22 de junio, a todo ello se unirán jornadas de puertas abiertas, conferencias así como colaboraciones destacadas, como sucedió en la entrega del Caballo de Oro la pasada Feria, o la presencia de la institución en el Sicab de Sevilla.

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