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Arquitectura · La belleza intangible

Arquitectas Modernas

"La arquitectura es creada, 'inventada de nuevo', por cada hombre que anda en ella, que recorre el espacio, subiendo una escalera, o descansando sobre una balaustrada, levantando la cabeza para mirar, abrir, cerrar una puerta, sentarse o levantarse y tomar un contacto intimo y al mismo tiempo crear 'formas' en el espacio. Ese contacto íntimo, ardiente, que era percibido por el hombre en el comienzo está hoy olvidado. La rutina y los lugares comunes hicieron olvidar al hombre la belleza natural de su 'moverse en el espacio', de su movimiento consciente, de los mínimos gestos, de la menor actitud…"

EL texto anterior, escrito por la arquitecta italiana Lina Bo Bardi, describe poéticamente su pensamiento sobre la arquitectura como lugar para el desarrollo de la vida de las personas, ideas que muchos compartimos. Pertenece la arquitecta a una generación que vivió en primera línea la lucha contra el fascismo y contra la ocupación alemana de su país. Dirigió en Milán la famosa revista de arquitectura Domus y terminada la guerra viajó a Brasil donde recibió el encargo de realizar el Museo de Arte de Sao Paulo. Allí se instalaría junto a su familia para el resto de su vida. Posiblemente Lina Bo Bardi sea de las pocas arquitectas de la primera mitad del siglo XX que gozó de un lugar preponderante en el mundo de la arquitectura tan habitualmente cerrado a la presencia femenina.

Otras arquitectas destacadas no tuvieron la autonomía de Bo Bardi. La diseñadora de muebles Charlotte Perriand, fue a pedir trabajo al estudio de Le Corbusier y el maestro le contestó que allí no bordaban cojines. Más tarde, tras exponer con éxito en el Salón de Otoño de París, el arquitecto tuvo que rectificar y le ofreció un trabajo como diseñadora de muebles en su estudio, donde diseñó muchos de los firmados por el arquitecto francés.

Eileen Gray, diseñadora y arquitecta angloirlandesa, proyectó y construyó la Maison en borde du mer E.1027 junto a su compañero Jean Badovici, pero con el tiempo se empezó a omitir el nombre de Gray hasta a atribuírsele sólo a su socio. Aún así, con el tiempo ha sido reconocida por la historia como una brillante arquitecta y sobre todo, excepcional diseñadora de muebles, que aún hoy sorprenden por su vigencia.

Muchas de las obras más famosas de Mies Van der Rohe no habrían sido posible sin la arquitecta Lily Reich. Se dice que rara vez Mies pedía la opinión de los demás, pero siempre estaba dispuesto a escuchar la de ella. Comenzó a trabajar en su oficina en 1928, siendo nombrados directores artísticos del pabellón alemán en la Exposición Universal de Barcelona de 1929, dando lugar al famoso pabellón de Mies y al mobiliario que se creó para la ocasión, la famosísima silla Barcelona. Poco después, Mies nombro a Reich directora de la construcción y terminación de la escuela Bauhaus, de la cual por entonces era director. Su mandato se vio interrumpido cuando la escuela cerró en 1933 bajo la presión del partido nacional-socialista. Durante la guerra, Reich consiguió algunos trabajos pequeños, pero su alianza de doce años con Mies terminó cuando él se fue para América en 1937. Ella permaneció encargada de sus asuntos en Berlín, donde logró salvar más de 4000 de sus dibujos de la destrucción por los bombardeos aliados.

En 1991, el premio Pritzker de arquitectura le fue concedido al arquitecto estadounidense Robert Venturi pero quedó fuera del premio su esposa y colaboradora, la arquitecta sudafricana Denise Scott Brown. Recientemente se ha organizado una campaña a favor del reconocimiento de la arquitecta como ganadora también de dicho premio, sin que hasta el momento lo hayan logrado.

Estas y muchas otras mujeres sufrieron en el pasado la pertenencia a un sector dominado por la condición masculina. El siglo XXI está poniendo las cosas en su sitio. En la última década arquitectas como Kazuyo Sejima o Zaha Haddid han obtenido el mencionado premio, conocido como el equivalente del Nobel en la arquitectura. En los años 70 del siglo XX en nuestro país eran pocas las jóvenes que se decidían por los estudios de la Arquitectura. Sin embargo con la vuelta a la normalidad democrática las cosas empezaron a cambiar y ahora son muchas las arquitectas, algunas compañeras y amigas, que desempeñan su papel con absoluta brillantez profesional. Falta por determinar si existe una visión exclusivamente femenina de la arquitectura. Ellas tienen la palabra.

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