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Xiv congreso de la fundación caballero bonald

El "príncipe de los infractores" y los destinos de la marginación

  • El escritor y crítico literario José-Carlos Mainer inaugura la cita con un repaso por los cánones literarios del mundo y sus pretendientes · Bonald asegura que la eficacia de este congreso "está garantizada".

Y el "príncipe de los infractores", un tal José Manuel Caballero Bonald, invocó a los transgresores de la literatura a encontrarse en una ciudad muy al sur de Europa. La mayoría acudieron en espíritu, y los que no pudieron hacerlo en carne y hueso, fueron recordados por figuras como el catedrático de la Universidad de Zaragoza, escritor y crítico literario José-Carlos Mainer, encargado de inaugurar ayer el XIV Congreso de la Fundación Caballero Bonald, que se desarrollará hasta mañana en la propia sede de la entidad, y que este año está dedicado a los autores que por mantenerse en la periferia de la literatura, terminaron ocupando el centro: los heterodoxos. Una cita que previamente fue presentada por la delegada provincial de Educación, Cultura y Deportes, Cristina Saucedo; el teniente de alcalde, Javier Durá; la vicerrectora de la UCA, Marina Gutiérrez; el director general del Libro de la Junta, David Luque, y el escritor José Manuel Caballero Bonald.

Un tema, el de los transgresores, que Bonald "hacía ya tiempo que quería incorporar al Congreso. Es algo personal. Góngora, Juan Ramón Jiménez, Álvaro Cunqueiro, José Ángel Valente..., pertenecen a la nómina de mis preferencias en este sentido", dijo el escritor jerezano. "El objetivo estos días -añadió- es reflexionar sobre aquellos escritores españoles que no frecuentaban los cánones habituales, y que entendían la literatura como un riesgo estético, con obras de artes al margen de modas y modelos. Por ello, la eficacia de este congreso está garantizada".

José-Carlos Mainer, que fue presentado por el profesor y escritor Carlos M. López Rámos, calificó el tema del Congreso de "atrayente" y aseguró que el concepto transgresor es un término "relativo, dependiendo del lugar desde el que se mire, y del tiempo que haya transcurrido". Y uno de esos lugares es el canon, "donde todos los escritores son pretendientes, están en listas de espera de las que luego son redimidos. Un espacio en el que todo parece muy estable y pero que sufre modificaciones. ¿Qué pasará entonces con géneros y autores que no son considerados importantes?", se cuestionó.

Hizo un repaso por la 'forma de ser literaria' de ciertos países, el canon, como Francia, "como representante de los valores nacionales en literatura", allá por los siglo XVII y XVIII. O Alemania, también por entonces, con el canon de la modernidad y orgullosos de haber alcanzado "el espíritu alemán y universal. Porque muchas literaturas han batallado por ser universales". Y a lo largo del XIX, en Rusia "se discutía frecuentemente sobre sí misma, lo que les llevó a definirse como una literatura radicalmente rusa", apuntó. ¿Y la literatura norteamericana? "Poblada de transgresores, como la llamada 'generación perdida del siglo XX'. Se había abordado más la reflexión que intentaba buscar pautas propias que distanciaban a esa literatura de los modelos europeos, y que la convertía en algo propio con la radical expresión de 'lo americano'". Mainer se detuvo en la literatura latinoamericana. "Una suma de heterodoxias, en la periferia de la literatura, que han terminando ocupando el centro, lo que acabó creando el concepto, que alcanzó su máxima expresión en los 60, 'el boom de la literatura lationamericana', muy presente en nuestros días". Mainer puso como ejemplo la obra del argentino Luis Harss 'Los nuestros', que muestra eso modo distinto de abordar la realidad desde la ficción. Y un descontento Jorge Volpi, sin embargo, que muestra otra cara de esa realidad en 'El insomnio de Bolívar'.

Respecto a España, Mainer recordó que no fue "hasta el XVIII cuando se empieza a tener esa conciencia de que la literatura es una suerte de almacén de recuerdos históricos". Comienza a cobrar fuerza entonces el patrimonio cultural colectivo de la literatura. "Muchas figuras innovadoras hacen su peculiar adaptación a un concepto nacional de literatura". Y habló de la dicotomía entre lo que se debía y lo que no se debía leer, con 'Historia de los heterodoxos' de Menéndez Pelayo, que consiguió romper esa consigna, que tanto se ha tardado en reconocer.

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