Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

COMO en la película de Berlanga 'Todos a la cárcel' (algo que acontece mucho estos días), parece que a los honrados ciudadanos se nos ha condenado desde las altas esferas a vivir en nuestras carnes otra película dramática: 'Todos a pagar'. Y es que esta vida, este valle de lágrimas que clama la Salve, está diseñada para pasar por caja cuantas más veces mejor. El precio del dinero baja, pero tú debes (debías) seguir pagando un mínimo que le garantizaba sustanciosos beneficios al banco por tu hipoteca. Después tenemos el asunto de las plusvalías: usted vende, pero lo ha hecho en mal momento, por necesidad perentoria, y pierde dinero. A pagar de nuevo en una verdadera locura fiscal: pagar por perder dinero. De locos. Y si a todo esto unimos el impuestos de sucesiones pues te queda un poso de amargura que desde dentro de la cabeza te repite: "No seas tonto, coge tu trastos y múdate a un país serio". Porque este, por mucho que se le quiera, será muchas cosas pero serio no lo es.

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