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Análisis

José barrigón asencio Profesor jubilado del Cervantes

Solsticio de invierno

El solsticio de invierno es una época de recogimiento. Concluirá la noche más larga. Comienza con él el crecimiento de los días. En las fiestas paganas se celebraba el nacimiento del nuevo sol. Y coincide con el crecimiento de la luna. Así que ya se sabe. Nuevos proyectos, renovación de energías y caminito hacia la luz. Compartir, coger y respetar las vitalidades de los unos y de los otros. Astros que se mueven en nuestro universo observados desde hace miles de años y cuyas energías afectan a cada molécula de nuestro cuerpo ya sea por puras leyes físicas o químicas. Cambian nuestras vibraciones y modifican nuestros estados de ánimo al igual que el tan cacareado cambio climático. Se quiera o no, afecta igualmente en mayor o menor medida a todo cuanto mora y existe en nuestro planeta llamado Tierra. Según los científicos y estudiosos del tema, el presente otoño viene a corroborar, por desgracia, la veracidad del mismo. Nuestro planeta, nuestra naturaleza está necesitando protección ya que forma parte de la propia historia del ADN de su ternura que trata de buscar esa devolución de lo que nos ha dado para protegerlo y a todos cuanto en él habitamos allá donde vayamos. Nos ha mostrado y muestra cosas sorprendentes incluso en la oscuridad. Es generoso, lleno de alegrías y lindezas en sus lados ocultos y nos regala y ofrece lo que necesitamos. Son regalos llenos de virtudes junto a un elenco de obras artísticas. Contemplación de espectaculares amaneceres entrando en escena bellezas que, a veces, nos perdemos. Se deberían compartir al llevar inmersos los colores del alba y teniendo al cielo por techo. Llevan, también, una mezcla de parajes y paisajes plenos de caricias de suaves brisas. Todo ello es innegable y no forma parte de, o sí, cualquier religión creada por el hombre. Respeto cada ser y espero, igualmente, me respeten. Como ya he manifestado anteriormente, empezarán a crecer los días, las horas de sol, como la muerte de la noche y la resurrección del día. Casualmente, o no, coincide con la Navidad. Momento de celebración y…¡ qué mejor que con la familia! Cada uno de nosotros es diferente a todos los demás, cada individuo es único por derecho propio conviviendo con determinadas religiones , bastantes. Unos creen en una solo, otros en muchas, pero todos vivimos en el mismo planeta. Todos respiramos el mismo aire y bajo el mismo sol y al final… morimos.

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