Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

Cuidado con Doñana

Doñana es una marca internacional y su conservación es, sin ninguna exageración, un tema de Estado

La decisión del Gobierno de Juanma Moreno de promover una iniciativa parlamentaria para legalizar regadíos en el entorno del Parque Nacional de Doñana fue algo más que una mala idea. Fue un resbalón en toda regla del que ya deben estar más que arrepentidos. La de Pedro Sánchez de convertir esta cuestión en argumento de una confrontación con ribetes de ajuste de cuentas políticas fue todavía peor. Constituye, se mire por dónde se mire, un desprecio primero al propio espacio natural, en segundo lugar, a los agricultores de la fresa de Huelva, que no tienen nada que ver con la esquilmación del acuífero y, por extensión, al conjunto de Andalucía.

Pero cuidado con Doñana porque se está jugando con algo que trasciende de la propia Andalucía y de España. Doñana es una marca internacional y su conservación es, sin ninguna exageración, un asunto de Estado que debería estar al margen de la lucha electoral. Los parlamentarios alemanes que iban a reunirse esta semana con representantes de los gobiernos central y andaluz supieron verlo a tiempo. Decidieron abortar la visita porque el clima preelectoral desvirtuaba los objetivos y porque, al final, comprendieron que era una injerencia que nada iba a solucionar. Pero lo que vieron los miembros del Bundestag no son capaces de verlo ni en la Moncloa ni en San Telmo. PSOE y PP siguen aprovechándose de cualquier oportunidad para tirarse el Parque Nacional a la cabeza, en un duelo absurdo en el que al final van a salir perdiendo los dos porque va a salir perdiendo España. Si algo deteriora en estos momentos el prestigio de un país es aparecer ante la opinión pública mundial como permisivo ante atentados medioambientales. Échese un vistazo a lo publicado por los grandes medios europeos en las últimas semanas sobre esta cuestión y se verá la imagen que se proyecta.

El asunto debería salir cuanto antes de la pelea política por múltiples razones. Pero destaquemos dos. La primera es la necesidad de colocar el debate en la comunidad científica, que es la que tiene argumentos para blindar la defensa del espacio natural. La segunda es el disparate que supone perjudicar como se está haciendo al sector fresero y de frutos rojos de Huelva que, salvo en caso contados, no esquilma agua de los acuíferos que alimentan el humedal del Parque y que ha demostrado que es emprendedor y competitivo. La campaña desatada en Alemania contra los supermercados que venden estas frutas es indicativa del ambiente que se ha creado.

Cuanto antes termine esta barbaridad mejor para Doñana y para los agricultores. La pelota está en el tejado de los políticos. ¿Serán capaces de bajar la presión? Visto lo visto, no hay motivos para el optimismo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios