Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

LAS 'Puellas gaditanae', en traducción literal 'Las bellas gaditanas' en aquel entonces 'béticas', se aparecieron leyendo 'Historia de la gastronomía española', de Manuel M. Martínez, con el siguiente texto: "En estas fiestas licenciosas, (de los romanos) casi era obligada la presencia de esbeltas gaditanae, muchachas de la Bética que bailaban lascivas danzas a los acordes de flautas y acompañándose de crótalos (ancestros de las castañuelas), mientras se cantaban eróticas canciones". Me acordé de los bailes con gracejo y picarescos de Isabel Bayón y Eva la Yerbabuena, de la elegancia y movimiento de caderas de Merche Esmeralda, Belén y Rocío en 'Mujeres', y con el cromatismo de danza de lo último que he presenciado de Estévez-Paños con su espectáculo 'Ópera, café y puro'. Compruebo que Manolo Caracol sigue vivo.

Claro que la palabra 'lascivas', puede dar a malestar dentro del puritanismo existente sobre el cuerpo, sea masculino o femenino, pero no tenga cuidado el lector que además de significar lujurioso, y como antónimo castidad, tiene también como adjetivo de lozano, juguetón, alegre.

Aprecio esos cuerpos bellos de las bailarinas y bailaoras en el escenario del Villamarta, así como de algunos hombres. La belleza del baile, de la danza, tiene que transmitir tristeza o alegría, pero tiene que transmitir.

'Mujeres' con Merche Esmeralda, Rocío y Belén, me dejaron pasmado por la elegancia, la majestad corporal, la trama interna. Incluso cuando Belén y Rocío hacen paso a dos, de forma moderna, me pareció de una técnica y belleza, lascivia, interesantísima. La Soleá de Mercedes me impulsó al deseo de pasarle la mano por la cintura y aliviarle las penas expresadas.

Al día siguiente Eva la Yerbagüena, me retrotrajo a las puellas gaditanae, porque en los tangos era todo erotismo gracioso, juguetón, alegre. Expresiva, que es de agradecer.

Un día después Manuela Carrasco, genio, esbeltez, sobriedad en el gesto, pero le pasó que con un buen argumento no logró transmitir, es como si le faltara el tocino a la berza. El tránsito desde el Punjab indio a nuestras latitudes me pareció interesante pero no lo cuajó.

Si en la lectura de un libro de gastronomía, se aparece como un fantasma una receta jerezana, también llamada gitana, como es la berza, compruebo que para ella es necesaria al menos diecinueve ingredientes, y si es como dice Margara, hermana de La Paquera de Jerez, hay que añadir además un majado de cominos y ajos cuando ya está el guiso terminado, los espectáculos comentados son como la mejor berza jerezana que ha pasado por el Villamarta, todo una sencillez de productos, pero de gran complejidad gustativa.

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