A contraluz

Manuel Pareja

El PP vasco

20 de mayo 2013 - 01:00

LA semana pasada Basagoiti dejó la presidencia del PP vasco, y se abrió el debate sobre su sucesión. Debate que duró 30 segundos, porque Génova impuso a Arantza Quiroga, expresidenta del Parlamento Vasco. La brigada del aplauso se apresuró a elogiar la buena decisión de Rajoy, porque si te mueves no sales en la foto. Así que todos a una, por unanimidad, eligieron a Quiroga sin congreso previo, votación, ni otra mala costumbre democrática. Si Rajoy hubiera elegido en vez de Quiroga, a Pepe Pérez, "por un poner", la misma brigada hubiera aplaudido con similar entusiasmo. Aun cuando Quiroga sea la mejor candidata posible, el proceso es un "dedazo" como una catedral de grande. ¿Qué trabajo cuesta un poco de democracia dentro de los partidos políticos? Pues visto lo visto, mucho. Porque la democracia reparte poder y eso no gusta, es demasiado liberal. Frente a Quiroga se hubiera presentado otra "sensibilidad" del PP vasco que eliminó Génova hace 5 años. Fue cuando Rajoy perdió sus segundas elecciones frente a ZP, y decidió ser simpático con el nacionalismo y relajar la política antiterrorista. Echaron a María San Gil. Todavía me dan arcadas al recordar al engolado González Pons diciendo que "el PP estará donde esté María San Gil". Los mejores se fueron sin armar ruido, Ortega Lara, Regina Otaola y tantos otros; quedaron los simpáticos Basagoiti, Oyarzabal, Semper, que han dejado allí al partido en la absoluta irrelevancia electoral. Secundaron la política antiterrorista del socialismo y el fin pactado de la violencia dando la espalda a las víctimas. Dentro de unos meses convocarán en el PP vasco un congreso, sólo para cumplir los estatutos; a ver quién es el guapo que se presenta frente a Quiroga. En la izquierda pasa lo mismo, aunque son más astutos y lo visten mejor. Urge más democracia y menos dedocracia.

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