Entrevista al presidente de Tepro

Álvaro Domínguez: “Hoy la gestión agrícola es compleja y sufre una tediosa burocracia”

  • El responsable de la consultoría agraria asegura que el capital humano es la principal fortaleza del sector y estima que hay gran margen de desarrollo agroindustrial.

Álvaro Domínguez.

Álvaro Domínguez.

La gestión integral conforman la principal línea de negocio de Tepro, aunque servicios como la integración en proyectos con la agroindustria, la implantación de cultivos especiales o técnicos y la identificación de oportunidades de inversión están en crecimiento. La consultora agraria sevillana, con más de 40 años de trayectoria en el sector, ha participado en proyectos en los cinco continentes prestando servicios a distintos clientes, desde empresas públicas y privadas hasta organismos internacionales como el Banco Africano de Desarrollo o el Banco Iberoamericano. Hace más de 10 años promovió un fondo de inversión para la realización, ejecución y gestión de un proyecto de más de 5.000 hectáreas en Europa del Este, en el que continúa con importantes logros y en 2016 repitió la misma acción en Senegal para la producción de arroz para consumo interno.

–¿Cuáles son los puntos débiles de las explotaciones andaluzas?

–La diversidad de explotaciones en Andalucía es enorme y la producción está tan especializada que cada cultivo tiene sus propios condicionantes. No obstante, sí existen distintos factores que afectan a la gran mayoría, como la tediosa y larga burocracia administrativa o las políticas de importación de productos agrícolas. La globalización nos obliga a competir con países que disponen de herramientas para la producción que no están autorizadas en Europa, sin embargo tienen acceso al mercado europeo. No solo eso, nuestros productos están sometidos a unos estándares de calidad de máximo nivel, pero no se refleja en el precio percibido por nuestros agricultores.

–¿Cree que su gestión está suficientemente profesionalizada?

–Nunca es suficiente. Hoy en día la gestión agrícola es compleja, implica capacidad técnica, control de costes, especialización de cultivos, manejo de nuevas tecnologías, comercialización, prevención, constantes renovaciones en materias activas, variedades, productos especiales, etc. Por ello, Tepro, con un equipo humano de más de 90 profesionales, convertimos esta complejidad en una fortaleza para dar el mejor servicio a los clientes.

Las cooperativas

–¿Qué papel han jugado las cooperativas en la mejora de la gestión del negocio agropecuario?

–El principal objetivo de las cooperativas ha sido, y es, la concentración de la producción para su comercialización. Desde hace años, además proporcionan un mayor nivel de servicios a los agricultores. Hoy en día se necesitan grandes volúmenes para comercializar con las cadenas de distribución.

–¿Hay en Andalucía capital humano suficientemente preparado para afrontar con garantías el futuro del sector agroganadero y agroalimentario?

–El capital humano es la principal fortaleza del sector. Las empresas son personas. Las nuevas generaciones vienen con preparación, motivación e ilusión. Es fundamental que en las empresas se les guíe, motive y realice un plan de desarrollo profesional.

–¿Qué frena a los empresarios agrícolas para buscar ayuda en profesionales externos a la explotación?

–Pueden ser diversos. La agricultura juega un papel cultural muy importante en Andalucía y por tanto su forma de gestión ha sido muy particular de cada explotación. En los últimos años, debido principalmente a la necesidad de una mayor profesionalización, hemos notado un incremento en la demanda de servicios de gestión. En Tepro apostamos por las personas, invertimos en formación, tecnología y en crear equipos de trabajo dotándolos con las herramientas necesarias para generar un servicio personalizado.

–¿Qué sectores son los que están más atrasados en cuanto a modernización de la gestión?

–Creemos que el sector ganadero puede ser el menos desarrollado debido a la baja rentabilidad y capacidad de inversión. Por ello hemos planteado un proyecto digital junto con la Universidad de Sevilla para mejorar la gestión y productividad de las explotaciones ganaderas con el objetivo de incrementar la eficiente, generar valor añadido y reducir costes.

–¿Hay problema de tamaño en la actividad agroganadera?

–Las explotaciones son pequeñas si las comparamos con otros países de nuestro entorno donde producen lo mismo, lo que nos hace menos competitivos. Esa es una de las ventajas de nuestros clientes, aplicamos economías de escala en las distintas operaciones de la producción agrícola, para generar un valor diferencial y generar mayor rentabilidad.

–¿Hay en Andalucía una corriente de cambio hacia cultivos más rentables?

–En Andalucía tenemos los cultivos más y menos rentables, la diversidad de cultivos es enorme. En el ciclo que nos encontramos son los cultivos leñosos los que suscitan mayor inversión por el nivel de precios de los últimos años. Creemos que cada explotación tiene uno o varios cultivos que se adaptan y rinden por encima del resto, nuestro objetivo es saber identificar las fortalezas de cada una de las explotaciones. No solo se desarrollan nuevos cultivos, sino también nuevas técnicas de producción que los hacen más competitivos. Con respecto a los nichos de cultivos, son corrientes que van marcando los consumidores. Granos ancestrales, súper alimentos, etc., son tendencias que han llegado para quedarse y suponen alternativas de producción para ciertas zonas.

–¿Podría esta búsqueda de rentabilidad cambiar de un modo significativo el perfil del campo andaluz?

–Tenemos que seguir innovando para conseguir productos diferenciales a través de distintas líneas, productos ecológicos, certificaciones de calidad, carbono neutro, alimentos de proximidad, etc.

Industria agroalimentaria

–¿Cuenta Andalucía con industria agroalimentaria suficiente? ¿Cómo cree que se va a desarrollar?

–La industria agroalimentaria es la vida del medio rural. Creemos que existe un importante margen para incrementar la capacidad de transformación en productos nuevos y tradicionales, tenemos recursos para ello. Por otra parte el desarrollo industrial debe apostar por una segunda transformación que permita obtener mayores márgenes de las materias primas producidas, establecer mayor relación con el cliente final y generar mayor riqueza.

–¿Tiene futuro la dehesa como actividad agroganadera rentable?

–La dehesa es un sistema natural de enorme valor medioambiental único en el mundo. Sin embargo es un sistema de producción con rentabilidades muy ajustadas. Sus ingresos dependen principalmente del cerdo ibérico y, en algunas explotaciones, del corcho. Será la evolución de estos los que irán marcando la viabilidad económica de las explotaciones.

–Es realmente el relevo generacional un problema para el sector agroganadero andaluz?

–Más que un problema es una necesidad. Cualquier sector que no integre a los jóvenes es un sector sin futuro. Crear instrumentos o herramientas que permitan su acceso es fundamental.

–¿Qué teme de la nueva reforma de la PAC?

–Principalmente el presupuesto. Entre otros puntos, esperamos que no se penalice la dimensión y que no haya renacionalización.

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