Ecologistas alertan del daño que sufrirá Doñana con el dragado del río
Una "ocupación simbólica" escenifica la oposición de los conservacionistas a un proyecto que cuenta con las objeciones de expertos · "Sólo beneficiará al Puerto de Sevilla", dice Ecologistas en Acción
"El dragado del río Guadalquivir es una barbaridad para Doñana". La sentencia es de la organización Ecologistas en Acción, que ayer desarrolló varias acciones de protesta en el entorno del parque nacional contra el proyecto de ganarle dos metros de profundidad al río y así aumentar el calado al objeto de favorecer el tráfico de barcos de más tonelaje con destino al puerto de Sevilla. Este es el único que se beneficiará económicamente de la obra, si se culmina, en opinión de los ecologistas. Detrás de ese interés, las inversiones "impresionantes" de la nueva esclusa que "hay que amortizar aunque sea a costa del río rey de Andalucía".
Según la portavoz de Ecologistas en Acción, Lola Yllescas, esa "barbaridad" contra Doñana que supondría el dragado, está advertida ya en el informe científico elaborado en 2008 por expertos de las universidades de Sevilla, Cádiz, Málaga y Granada y del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en el que se pone de manifiesto que esa actuación sobre el estuario del Guadalquivir repercutiría "negativamente" en su biodiversidad, dinámica y morfología. Yllescas agregó que el dragado, de llevarse a cabo, constituirá "un cambio de la hidrodinámica" del Guadalquivir, así como en su propia geología, sedimentación, transporte y alteración de la reserva pesquera del estuario. "Lo que le faltaba al río", lamentó la dirigente ecologista.
Por eso, unas 150 personas se concentraron ayer contra dicho dragado. La acción ecologista dio comienzo en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), desde donde los activistas se desplazaron en barcaza hasta el parque natural para "ocuparlo simbólicamente". La consigna más coreada fue "No al dragado del río Guadalquivir".
Alfredo Barragán, portavoz de este grupo, hizo hincapié en que la acción de los ecologistas iba encaminada a "denunciar la inviabilidad del dragado por sus consecuencias medioambientales" y, por otra, a criticar el "incomprensible espectáculo que están ofreciendo los políticos de distintas administraciones disputándose las competencias de un espacio público y protegido". Esto último constituyó una clara alusión a la polémica por el deslinde del tramo de costa ejecutado por el Gobierno central y que comprende un tramo de 34.740 metros desde Matalascañas (Huelva) hasta la desembocadura del río en Sanlúcar de Barrameda.
Los planteamientos de Ecologistas en Acción contra el dragado del Guadalquivir están en clara sintonía con los de otra organización ecologista, WWF, para la que el río "está virtualmente muerto", por lo que la obra terminará por "acabar definitivamente con él". WWF ha insistido en que el Guadalquivir ha sufrido una presión insoportable a lo largo de los últimos 30 años, con una reducción de más del 60% de los aportes de agua dulce o un aumento de más del 181% de la superficie destinada a regadíos. Esta organización, que también advirtió meses atrás de cómo afectará el dragado a la zona de Matalascañas, hace hincapié en que "los recursos no son infinitos y si seguimos presionando al Guadalquivir acabaremos con él".
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