Ciudades comprometidas con el cuidado de los mayores
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Vivimos en una sociedad que envejece aceleradamente. Según datos del INE, en 2024, había 142 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16 años, o, lo que es lo mismo, el 20,4% de la población española tenía 65 años o más. La tendencia, además, no deja de crecer, pues se estima que esta cifra se incrementará hasta el 30,5% en el año 2055. La longevidad trae consigo cuestiones que abarcan desde la aparición de pluripatologías crónicas y situaciones de dependencia, hasta la dolorosa realidad de la soledad no deseada.
Frente a estos desafíos, las ciudades están llamadas a desempeñar un papel clave como motores de transformación social, convirtiéndose en espacios pensados desde y para el cuidado. Esto implica repensar las políticas públicas desde una perspectiva centrada en las personas, con especial atención a los colectivos más vulnerables, como los mayores o quienes se enfrentan al final de la vida en soledad.
Precisamente este ha sido el eje central del curso «Hacia una sociedad cuidadora: Ciudades que cuidan», organizado por Fundación Mémora en la Universidad de Cádiz los días 3 y 4 de julio. El evento tuvo como objetivo profundizar en el concepto de ciudad que cuida y abordar desde una perspectiva integral las acciones necesarias para lograr ciudades más humanas, accesibles y saludables. De la mano de reconocidos profesionales de la medicina, psicología, antropología, filosofía y representantes del tercer sector y de las administraciones públicas, se analizaron temáticas fundamentales como los determinantes sociales en la salud comunitaria; el impacto de las crisis migratoria y climática; el papel clave de las nuevas tecnologías y la necesidad urgente de pacificar el final de la vida para asegurar un cierre vital digno y acompañado.
Victoria Camps, filósofa y catedrática emérita de ética en la Universidad Autónoma de Barcelona, destacó que las ciudades tienen unas condiciones únicas para convertirse en núcleos de cuidado compartido. “En las ciudades se puede cultivar el sentido de comunidad, esencial para fomentar una manera de ser compartida. Desde los consistorios, las escuelas, las bibliotecas, los centros cívicos y culturales y, por supuesto, los centros sanitarios, hay que imaginar políticas y programas integradores que faciliten la vida de las personas más necesitadas de cuidados”, explicó.
6 años impulsando las “Ciudades que cuidan”
Desde su creación en 2019, el proyecto “Ciudades que cuidan” de Fundación Mémora busca impulsar un nuevo modelo que pone el foco en la importancia de los cuidados como elemento vertebrador de todas las políticas y acciones que se desarrollan en los municipios para hacerlos más amigables con las personas mayores, luchar contra la soledad no deseada y humanizar el final de la vida. Este modelo promueve entornos donde envejecer activamente sea posible, y donde las personas puedan afrontar las últimas etapas de la vida con respeto, acompañamiento y sentido de comunidad.
A través de este programa, Fundación Mémora promueve iniciativas de sensibilización, formación y acción comunitaria que involucran a ayuntamientos, universidades, profesionales de la salud y del ámbito social, así como a entidades del tercer sector. Ciudades como Logroño, Pamplona, Jerez, Santander y Las Palmas ya se han embarcado en el proyecto.
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