Jerez 2031: La cultura que nace de las capacidades

piensa en mí

Antonio Mariscal Rodríguez, Presidente del Consejo Social de la Ciudad de Jerez.
Antonio Mariscal Rodríguez, Presidente del Consejo Social de la Ciudad de Jerez.

22 de noviembre 2025 - 05:00

Hay proyectos que nos hacen mirar más allá de nosotros mismos. La candidatura de Jerez a Capital Europea de la Cultura 2031 es uno de ellos. No es solo un sueño del Ayuntamiento, ni una meta de prestigio, es una llamada a descubrir quiénes somos como ciudad y a reconocer la riqueza que existe en la diversidad de Jerez, porque una ciudad verdaderamente cultural es aquella que sabe mirar, escuchar y dar espacio a todas las personas que en ella conviven.

En Jerez, la cultura no se limita al Teatro Villamarta o a los espacios museísticos o al flamenco o al caballo cartujano. Vive en nuestros patios, en las bodegas, en las barriadas, en los colegios, en los talleres de formación y también en entidades como Cedown, donde cada sonrisa, cada avance y cada logro personal son también una forma de arte. Las personas con síndrome de Down nos enseñan cada día que la cultura más auténtica no se representa: se vive con el corazón.

A veces hablamos de capacidades diferentes, pero lo cierto es que son capacidades extraordinarias: la ternura, la empatía, la alegría, la sinceridad, la perseverancia. Virtudes que escapan a las métricas y los títulos, pero que dan sentido a todo lo demás. Si aspiramos a que Jerez sea Capital Europea de la Cultura, debemos aprender de quienes viven la vida sin máscaras, con una pureza que emociona y transforma son el espejo más honesto de lo que una sociedad puede llegar a ser cuando se mide por su grado de humanidad.

La cultura de Jerez tiene el don de unir, y esa unión debe incluir también a quienes muchas veces han sido invisibles. Cada persona con síndrome de Down que baila, que pinta, que canta, que trabaja o que estudia está rompiendo estereotipos y abriendo caminos. Su presencia en la vida cultural de Jerez no debe ser un gesto simbólico, sino un acto de justicia y una muestra de que el talento no entiende de diagnósticos médicos, porque cuando damos oportunidades, lo que florece es la capacidad de sorprendernos como sociedad.

Imaginemos un Jerez del año 2031 ya Capital Europea de la Cultura donde la programación de ese año histórico incluya a todos, donde un grupo de jóvenes con síndrome de Down u otras capacidades expongan sus obras en los Claustros de Santo Domingo. Donde una compañía inclusiva de teatro actúe en nuestro querido Teatro Villamarta. Donde cada colegio integre la diversidad como un valor artístico y humano. Donde cada evento cultural sea también un espacio para celebrar la diferencia. Este es el Jerez que puede emocionar a toda Europa: una ciudad que no compite, sino que comparte, que no exhibe, sino que incluye, que no busca ser admirada, sino entendida.

En Cedown lo saben bien: cuando se cree en las personas, todo es posible. En Cedown se aprende, se trabaja, se crea y se participa en la vida de la ciudad con una ilusión que contagia al resto de los jerezanos, personas que no piden privilegios, sino oportunidades y cuando las tienen, nos enseñan que la cultura no consiste solo en lo que se sabe, sino en cómo se siente y cómo se transmite a los demás.

El título de Capital Europea de la Cultura 2031 no será solo una medalla, puede ser la oportunidad para mostrar a Europa que Jerez es una ciudad donde la empatía es patrimonio, la inclusión es arte y la diversidad inspiración. Que en Jerez la cultura no tiene puertas ni barreras, porque nace de las personas, todas ellas, con sus diferentes formas de ver y de expresar el mundo.

Si Europa logra ver lo que Cedown logra día tras día, entonces sí que Jerez habrá ganado mucho más que un título de prestigio, habrá ganado el corazón de todos los europeos.

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