Personajes con sabor

Adelfa Calvo: La saga continúa

  • La letra de una copla del cantaor Antonio Pérez 'El sevillano' (1909-1989) fue la culpable de que tanto nuestra invitada, como antes su madre, Adelfa Soto, lleven ese nombre

Junto a los propietarios de Verum Ramón y Jorge Berzosa.

Junto a los propietarios de Verum Ramón y Jorge Berzosa. / Javier Albiñana

“Adelfa lleva por nombre y su sino es ser fatal,la perdición de los hombres a ti te van a llamar”

La letra de esta copla, del cantaor Antonio Pérez El sevillano (1909-1989), fue la culpable de que tanto Adelfa Calvo, nuestra invitada, como antes su madre, Adelfa Soto, lleven ese nombre. Su abuelo, amigo del cantaor, entusiasmado por esa letra y el nombre de la mujer, se lo puso a su hija (Adelfa Soto) y ésta más tarde a la suya. “Al principio tengo que reconocer que no me gustaba, pero cuando en clase nos llamaban por el número y solo a mí me llamaban por mi nombre, Adelfa, me di cuenta de lo distinto y bonito que es”… Con esta anécdota abrimos un encuentro que resultó toda una experiencia...

El RESTAURANTE

El interior del restaurante Verum. El interior del restaurante Verum.

El interior del restaurante Verum.

Para un encuentro tan especial nos citamos en un lugar emblemático, punto de referencia, por méritos propios, de la gastronomía en nuestra ciudad: el restaurante Verum. Ubicado en el Cerrado del Calderon, este restaurante, regentado por la familia Berzosa, nos aportó el clima y el espacio perfectos para la ocasión. A la calidez con que fuimos recibidos , algo que es habitual en Ramón Berzosa y su hijo Jorge -coordinador general del establecimiento-, le siguió la atención y consejos del maitre Alfonso Gonzalez y de Angel Cereto como perfecto anfitrión en su labor de jefe de sala. Y de los fogones de German Herrera hablaremos más adelante.

EL INVITADO

Procedente de una saga familiar llena de artistas, no podemos dejar de mencionar a su abuela, “La Niña de la Puebla”, su abuelo, “Luquitas de Marchena” y posteriormente su madre, “Adelfa Soto”, llegó Adelfa con su aire informal pero a la vez elegante. Y alegre, muy alegre. No era para menos. No todos los días se consigue un premio Goya (último de sus galardones). Ávido por conocer sus sentimientos y sensaciones, no perdí un instante en preguntarle si se encontraba todavía en una nube. Su respuesta no puedo ser más clara y directa: “Yo me he criado en el arte, a pie de escenarios. Hace años, iba con mi abuela, la Niña de la Puebla”, del brazo, y la gente se paraba y lloraba tan solo con tocarla. Era como una diosa. ¿Cómo se me va a ir la cabeza porque haya ganado un premio, aunque sea de la importancia de un Goya? Estuve quince años dando vueltas con una furgoneta haciendo teatro. Pasando dificultades muchas veces… Las nubes las veo cuando estoy tumbada en la playa. Tengo los pies siempre en la tierra. Lo que realmente resulta gratificante es comprobar como un montón de años después, chicos y chicas que fueron alumnos míos compartan mis éxitos. Eso es lo que más me llena. ¿Sabes? , es muy fácil perder el norte en esta profesión donde, en muchos casos, estas rodeado de aduladores y si no tienes cuidado te lo acabas creyendo. Somos humanos y es fácil que ocurra. Pero tienes que tener claro que todo es pasajero. En esta profesión se pasa de todo a nada en un momento”.

Su acento castellano, aunque con un deje imborrable de nuestra tierra, son la prueba de los años pasados fuera de su Málaga, especialmente en Madrid. Aunque, como ella mismo me comentaba, obsesionada por el aprendizaje y el perfeccionamiento, Adelfa no pierde un instante para referirse a todos los años que ha pasado trabajando y formándose continuamente: “Todo es un continuo aprendizaje. Formarse es para mí lo más importante, aunque lleve más de treinta años en la profesión”. Y lo demostró con creces, ya que tan solo cuatro días después de recibir la máxima distinción del cine, se fue a las instalaciones de la Térmica a recibir un curso. Allí coincidió con alumnos de la escuela de arte dramático de nuestra ciudad que se preguntaban intrigados que hacía allí, como una estudiante más, toda una actriz consagrada como lo es Adelfa Calvo y que acababa de ganar un Goya. Lo dicho, todo un carácter.

Teatro, televisión, radio, cine, Adelfa ha trabajado en todos los medios y de todos ellos ha ido acumulando experiencia y atesorando conocimientos.” Cuando te dedicas a esta profesión tienes que estar mirando siempre, solo así puedes llegar a crear”. Pero además de todas estas facetas, Adelfa también ha sido profesora, impartiendo clases de teatro en Málaga y actuando como “coach” –entrenadora– de actores en series como Arrayan.

LA COMIDA

Uno de los platos. Uno de los platos.

Uno de los platos.

Ante la esmerada carta que se nos presentaba, nos rendimos a la evidencia de las dudas y nos dejamos llevar por los consejos de Jorge Berzosa y su maitre Alfonso Gonzalez. Una ensaladilla rusa de gambas blancas de Málaga y un espectacular tartar de atún rojo abrieron la mesa, maridado con un excelente Botani blanco que hicieron las delicias de Adelfa. “No soy de beber vino , pero he de reconocer que este está riquísimo...” . Y entre plato y plato continuábamos con nuestra interesante conversación. Hablar con Adelfa no tiene desperdicio, y quiso poner altavoz en esta sesión –algo que hago con sumo gusto- sobre su reivindicación por las actrices: “ Es justo y totalmente imprescindible conseguir una mayor presencia de la mujer en nuestra profesión ,bueno, como en tantas otras. Queremos el cincuenta por ciento que nos corresponde. Nada más. Y en eso estamos..” Pues dicho queda. Su reivindicación, que hizo visible en el mismo momento que recogió su premio, es una denuncia permanente en todas sus intervenciones. Nos sumamos junto a ella. Pero siguiendo con la comida, después de las contundentes entradas, Alfonso nos sorprendió con un pulpo a la brasa que estaba de chuparse los dedos. Fue el momento para pedir tomar un vino tinto ya que sabíamos lo que vendría a continuación: chuletitas de cordero lechal. Una exquisitez que maridamos con un tinto Abadia Retuerta. Todo un acierto. Cerramos con una tarta de queso de la casa. Desde luego pueden estar tranquilos tanto clientes como empresa por la estudiada elaboración de los platos de German Herrera y su equipo. Felicidades maestro.

Uno de los platos. Uno de los platos.

Uno de los platos.

Y continuamos con nuestra charla mientras tomábamos un café. Lo modulado del sonido y el clima de tranquilidad que reinan en este local nos invitaba a ello. Me interesé por su futuro a partir de ahora. Se entiende que después de recibir galardones tan importantes el trabajo debe esperarla sin tregua…” Los premios te dan visibilidad y reconocimiento, negar eso sería una estupidez, pero yo lo que quiero es trabajo. Los premios son en definitiva humo…se desvanecen con el tiempo..”.” Los actores de hoy tenemos más posibilidades pero el camino es más difícil porque hay muchos mas filtros y pruebas que superar. Es muy difícil conseguir una simple audición”. Pero también hablamos de sus deseos, de sus nuevos proyectos. “Ahora voy a hacer una serie que se rodará entera en Marbella. No te puedo decir más de momento. Y un papel en una nueva película”. “Un último deseo: me gustaría volver a hacer teatro, es de donde procedo. Cuando trabajo con el público delante soy otra”.

Para finalizar la crónica de esta extraordinaria mujer, hago mías unas palabras que ella misma pronunció durante nuestra entrevista y que se le pueden aplicar perfectamente: “ Cuanto más grande es un actor, más humilde y sencillo se muestra...”. Y he tenido la suerte de estar con uno de esos que define Adelfa Calvo.

LOS VINOS

Nos acompañaron en todo momento con la rigurosidad y calidad que exigían la comida.

Blanco Botani

Es este un vino malagueño de carácter parecido a nuestra invitada: fresco, y suave pero con carácter. Un vino ecológico que nos fue servido en su temperatura perfecta para delicia de nuestros paladares. Muy recomendable.

Tinto Abadia Retuerta

El maridaje de este vino con las carnes que degustamos fue apostar a caballo ganador. Este gran vino, castellano-leonés, nos hizo disfrutar de los platos que degustamos. Destaca por encima de todo su equilibrio, algo digno de un vino excelente cuando quiere acompañar una buena mesa. Muy recomendable.

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