Banfield, la revancha del modesto

Banfield y su histórico título se convirtieron ayer en eje del elogio y el debate en el fútbol argentino, incapaz de sustraerse a las teorías conspirativas.

"¿Por qué el trofeo estaba en la cancha de Boca? ¿Quiere decir que Newell's ya tenía perdido el título?". La pregunta de un televidente desconcertó a los periodistas, que no supieron qué contestar ante la sospecha elevada al absurdo, sólo comprensible en parte por los turbulentos manejos que hay con los árbitros en el fútbol argentino.

Fue un final insólito. Banfield y Newell's, los dos equipos en condiciones de gritar campeón, perdieron 2-0. Banfield en la Bombonera ante Boca, Newell's en su propio estadio con San Lorenzo. Suficiente para que Banfield mantuviese su ventaja de dos puntos y se llevase su primer título en 113 años de historia.

"La clave fue el grupo, un grupo pequeño y convencido", resumió Julio César Falcioni, el entrenador que llevó al título a un club fundado en 1896 -el tercero más antiguo del país-. Falcioni se convirtió en el primer ex guardameta en llevar al título a un equipo argentino.

Banfield tuvo la defensa menos goleada -11 en 19 partidos- y perdió dos veces. Destacaron el zurdo Erviti, los uruguayos Silva, máximo goleador, y Sebastián Fernández, y el joven colombiano James Rodríguez.

Pero no todos lo ven con buenos ojos. Que el Banfield campeón de 2009 practicó un juego "feo" fue una opinión que comenzó a circular cuando el Taladro se destacaba. Quizás un tanto injusta en un campeonato en el que el fútbol lindo es cada vez menos la norma.