Al César lo que es del César
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El baloncesto paga sus deudas a Dirk Nowitzki, considerado ya el mejor europeo en jugar en Estados Unidos · Dallas festeja su primer título y se cubre de banderas alemanas para honrar a su hijo adoptivo
Dallas aún celebra con sus chicos de baloncesto. La calle está llena de camisetas de los Mavericks, enseñas del estado de Texas y banderas de Alemania. Sí, sí, banderas de Alemania. El estandarte teutón ya es símbolo adoptivo en el lejano Oeste en homenaje a Dirk Nowitzki. La figura del alemán traspasa los límites del deporte en una ciudad que saborea su primer campeonato de la NBA… con todo justicia.
NOWITZKI 'MVP'
Fue lo que tenía que ser, lo que todos esperaban, el hombre más desequilibrante de los Mavs y de la final. Nowitzki se echó todo el equipo a la espalda cuando estaba contra las cuerdas, lo volvió a hacer con un dedo magullado y con 39 de fiebre, cuando incluso se burlaron de él en el bando enemigo. Alcanzada la madurez (31 años) el alemán es como un tótem. Al MVP de la temporada en 2006 poco le quedaba por demostrar en la NBA, aunque es cierto que tenía una doble espina clavada: un anillo y un título a nivel colectivo (con su selección no ha ganado nada). Dirk, con promedios de más de 20 puntos y 10 rebotes por partido, se alzó además MVP de las finales.
LA PROFECÍA DE TERRY
Jason Terry es un personaje. Basta sólo un vistazo para darse cuenta. Este veterano pistolero ha sido pieza clave del éxito de los Mavs, dentro y fuera de la cancha. Creyente de la vieja escuela Jet, como le apodan, vio cumplida su profecía. Todo empezó el pasado verano en Orlando en casa de uno de sus compañeros, DeShawn Stevenson (el que fue detenido ebrio la noche del título). En una barbacoa previa a la pretemporada Terry le encargó a su tatuador personal que le hiciese una réplica del Larry O'Brien, el trofeo de campeón de la NBA. Dijo que era una premonición. "Todos se rieron y pensaron que era una broma, pero cuando me lo hice se quedaron alucionados y solamente hemos hablado de llegar a este punto para ganarlo todo. Ha ayudado a la química de equipo", afirmó.
DESQUITE DE 2006
La venganza se sirve en plato frío. La derrota en las finales de 2006, precisamente ante los Miami Heat y además en suelo propio, dejó una profunda herida en los Mavericks que por fin puede cicatrizar. Tras varios chascos consecutivos Dallas mantuvo el espíritu y el coraje que un campeón necesita. La historia se decantó esta vez para lo más parecido a un equipo de baloncesto ante unos Heat que lucieron más como una constelación de estrellas estrelladas.
17 CAMPAÑAS DE KIDD
El baloncesto no podía dejar sin premio a Jason Kidd, uno de los ilustres de la canasta en los últimos 20 años. Futuro miembro del Salón de la Fama, el base levantó su primer título tras 17 temporadas en primera línea de fuego. Con 38 años Kidd se convierte en el jugador con más edad en conquistar un anillo siendo titular, sólo por detrás del legendario Kareem Abdul-Jabbar, quien lo hizo en los Lakers a los 40.
EL VOTO DE SILENCIO
Uno de los factores determinantes de esta final de la NBA, sin duda, era Mark Cuban, el ruidoso dueño de los Mavericks. El propietario más multado del deporte profesional estadoudinense sorprendió a todos con un solemne voto de silencio mientras el título estuvo en juego. Cuban siguió a sus Mavs como acostumbra, a pie de banquillo y enfundado en su camiseta, pero esta vez con la boca cerrada. Tras la victoria final tuvo un bonito gesto al entregar el trofeo al fundador de la franquicia, el anciano cowboy Donald Carter, padre de los Mavs hace 31 años. Luego se desató la celebración y Cuban comenzó a regalar perlas: "El anillo ya está pasado de moda", dijo.
EL EFECTO BAREA
El de Puerto Rico, de origen leonés, dinamitó las finales. De suplente a general con mando en plaza. José Juan Barea resultó decisivo en los duelos decisivos de la serie, sobre todo en los dos últimos. El único hispanohablante de la final 2011 se metió a los fans en el bolsillo y no sólo por su monumental novia, Zuleyka Rivera, exmiss universo. Kidd puede retirarse tranquilo porque el pequeño Barea ya está listo.
HEGEMONÍA DEL OESTE
Los Mavericks recogen el testigo de los Lakers, campeones las dos temporadas anteriores. Los tejanos, verdugos precisamente del equipo de Kobe Bryant y Pau Gasol, confirman la superioridad del Oeste a pesar de que el Este cada vez presenta candidatos más sólidos y jóvenes. Los Beach Boys de Miami aún tienen margen de edad para luchar varios años por el anillo, al igual que los prometedores Chicago Bulls de Derrick Rose o los Magic de Howard.
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