Después de haber conseguido su primer triunfo en casa, el Guadalcacín sumó su primer empate a domicilio (hasta ahora los jerezanos fuera solo habían logrado la victoria en Coria), punto arrancado a costa de un Arcos que no pudo cortar la sequía goleadora que le ha mantenido sin marcar en los dos últimos partidos así como en los tres últimos que ha disputado ante su afición. Así, el empate final sin goles ahonda en la crisis deportiva y también institucional que vive el Arcos, a la vez que para el Guadalcacín el punto tampoco le sirve de mucho dada la necesidad de sumar de tres en tres si quiere tener alguna opción de evitar un descenso que parece cantado. Eso sí, hay mejoría en los azules, que por primera vez en la temporada encadenan dos jornadas sin perder.

No presagiaron para nada los primeros minutos un desenlace final sin goles, ya que el Arcos, consciente de la debilidad de un rival que se presentaba al Antonio Barbadillo con tan solo nueve puntos en su casillero, salió en tromba y creó tres ocasiones de gol en los tres primeros minutos de juego.

Sergio Jiménez dispuso de la primera oportunidad en un disparo con su pierna izquierda que se marchó ligeramente desviado. El segundo intento, obra de Caballero, encontró la respuesta en forma de rechace del guardameta visitante, que un minuto después tuvo que volver a intervenir con acierto. La réplica visitante la dio Fran Jiménez, su principal activo sobre el terreno de juego, que disparó alto a los diez minutos de partido. También Marín, que cruzó demasidado una buena asistencia del propio Fran Jiménez, tuvo en sus botas la posibilidad de adelantar al Guadalcacín.

Tras unos primeros veinte minutos que fueron lo más entretenido del partido, el juego entró en una fase muy espesa. Nadie era dueño del partido en el centro del campo, costaba ver tres pases seguidos de un mismo equipo y los errores fueron ganando cuota en el encuentro.

Gómez y Pulido presionan a un futbolista del Arcos

Tras el descanso, el Arcos pareció querer retomar la buena salida del primer tiempo y trató de asentarse sobre el campo a base de posesión del balón, pero la poca capacidad de creación local sumada a la buena labor defensiva y al orden táctico del Guadalcacín, impidieron que la fase del juego con un dominio más estable por parte de los locales se tradujera en llegadas de peligro a la portería de Lebrón.

El conjunto guadalcacileño, en cambio, si tuvo algunas aproximaciones peligrosas por la banda izquierda, donde Robert se convirtió en una amenaza que obligó a replegarse a la defensa local.

La oportunidad más clara del Arcos en el segundo tiempo la tuvo Maqui en un remate de cabeza, pero cuando lo más fácil parecía mandar el balón al fondo de las mallas cuando la portería había quedado descubierta, impactó mal el remate y el balón ni tan siquiera acabó saliendo por la línea de fondo, sino que lo hizo por la de banda.

Con todo, no fue la ocasión marrada la principal decepción de la afición local en el tramo final del partido, sino quedarse con la sensación de que su equipo no se decidió a apretar a fondo el acelerador para ir a por la victoria. Como si el empate fuese bueno para los dos, ambos nadaron y guardaron la ropa en ese tramo final y el Arcos, quién más necesitaba arriesgar para ganar, apenas pisó con peligro el área contraria en los diez últimos minutos mientras el Guada demostró que, pese a su situación en la tabla, está decidido a competir hasta el final y acabar con la cabeza alta.