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Jorge Martínez Aspar: "El Circuito de Jerez es parte de mi vida y de mi historia"

 Para mí Jerez es parte de mi vida y de mi propia historia. Tuve el privilegio de haber corrido en Merca Jerez en los años 80, y por lo tanto soy de los pocos, junto con don Angel Nieto, que ha competido tanto en el trazado urbano como en el permanente. Afortunadamente, fui el primer español que ganó un Gran Premio en el Circuito de Jerez el año 1987 de su inauguración, en la categoría de 80 c.c. con Derbi. Repetí victoria en 1988 en la misma categoría y vencí también en 1990 con la JJ Cobas de 125 c.c.. Por todo ello, para mí Jerez es como mi segunda casa. Siempre me han tratado de maravilla, me he sentido muy a gusto, el trazado es buenísimo y la gente también.

Recuerdo perfectamente el día de la última carrera disputada en Merca Jerez en 1981. Durante la entrega de premios de aquella prueba, el entonces Alcalde, Pedro Pacheco, nos dijo: “Tengo que comunicar que ésta será la última que corráis en las calles de Jerez. La próxima vez que lo hagáis será en un circuito permanente”. Todos nos quedamos mirando y pensando que serían palabras de otro ‘pirado’, que eso era algo imposible. Cuando finalmente vimos el trazado construido, fue muy emotivo. Jerez pasó a ser un referente mundial. Aparte de su pista excepcional, resultaba impresionante por su público, las instalaciones, el ambiente. No cabe duda que los grandes premios de Jerez comenzaron a ser conocidos y toda una referencia mundial. 

Gracias a iniciativas como la de Jerez, y también al resto de trazados que siguieron su senda, España es hoy un referente del motociclismo para el resto de países. Buena prueba de ello es que disponemos de maravillosos circuitos, grandiosos pilotos y escuderías potentes, además de una empresa española como Dorna gestionando el Mundial. Ese es el mejor ejemplo de que hemos hecho bien las cosas.

No hace mucho estuve en la curva ocho del Circuito de Jerez, que lleva mi nombre. Me paré junto al monumento que allí hay en mi honor y me hice una foto. Es una emoción difícil de describir, un motivo excepcional de orgullo ser parte de la historia de Jerez, o tener mi propia curva y estrella con mi nombre en el paseo de los campeones. Más no se puede soñar. 

En definitiva, Jerez es parte de mi vida y de mi historia.

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