Jornada discreta de casi todos los españoles

La delegación española presente en los Juegos Paralímpicos de Pekín 2008 vivió ayer una jornada discreta en cuanto a medallas, sumando únicamente tres, una plata y dos bronces. En esta ocasión, los agraciados fueron el ciclista Javier Ochoa, la nadadora Esther Morales y el atleta Ignacio Ávila.

La primera presea tuvo como protagonista a Ochoa, que consiguió su segunda medalla, una plata en fondo en carretera que une al oro conquistado en la contrarreloj y que le hace marcharse de Pekín satisfecho. Ochoa lo intentó en el tramo final de la carrera, en el último repecho y dándolo todo en la bajada. Sólo el británico Kenny le respondió y le consiguió aguantar, entrando juntos en la recta de llegada. Ahí, las condiciones de pistard del inglés salieron a relucir arrebatando el oro al español.

Por otro lado, la natación no falló y continuó aportando al medallero por séptimo día consecutivo. En este caso, la protagonista fue la catalana Esther Morales, que se deshizo en lágrimas cuando conoció que había tocado metal en la final de los 100 espalda (S10) tras un apretadísimo final con la estadounidense Susan Beth Scott. La nadadora española supo aguantar en los metros finales el empuje de la americana, a la que superó por el bronce por unas ajustadas 20 centésimas.

Finalmente, el día se cerró con éxito en el estadio de El Nido gracias a Ignacio Ávila, bronce en la final de los 1.500 metros (T13).