Katusha presume de equipo
Dani Moreno vence en Sierra Nevada, con 'Purito' cuarto y Antón llegando a 1:27 · Chavanel es el nuevo maillot rojo
Dani Moreno (Katusha) estrenó su palmarés en la Vuelta al conquistar la cuarta etapa disputada entre Baza y Sierra Nevada, de 170 kilómetros, el primer examen de los favoritos, en el que Igor Antón (Euskaltel) perdió 1.27 sobre sus rivales y el francés Sylvain Chavanel (Quick Step) se vistió de líder.
Moreno, segundo en la reciente Vuelta a Burgos y mano derecha de Purito Rodríguez, firmó la segunda victoria española consecutiva y se consagró en el techo de la Vuelta al superar al danés Chris Sorensen (Saxo Bank) en los últimos metros, en un duelo que resolvió con un cambio de ritmo que aún le permitió cruzar la meta con tres segundos de adelanto.
A 11 segundos entró el grupo de favoritos, donde faltaba Antón, el gran damnificado del primer final en alto de la Vuelta. El ciclista vasco, que ya dio señales de debilidad en la víspera, admitió que se encuentra "peor que el año pasado".
Mucho más retrasado terminó la jornada Pablo Lastras (Movistar). Tras su día de gloria con la etapa de Totana y el liderato, Penkas dejó la Roja en las espaldas del campeón francés Chavanel, quien ya fue líder durante una etapa en 2008. El jefe del Quick Step promete defender su privilegiada prenda con uñas y dientes. Tiene a Dani Moreno a 43 segundos y al danés Jakob Fuglsang (Leopard) a 49.
El calor volvió a marcar la etapa, en la que no faltó la escapada de rigor, formada de salida, en las primeras cuestas del Puerto de Filabres, de primera categoría, con siete protagonistas que desafiaron al fuego que caía por la sierra granadina. La aventura aguantó hasta cinco kilómetros de meta, cuando sólo quedaban en la pelea Bonnafond (AG2R), Busche (Radioshack), Rohregger (Leopard) y Vorganov (Katusha).
Chris Sorensen y el croata Kiserlovski anularon la fuga, y fue el danés el que lanzó la ficha ganadora. Pero no contaba con Dani Moreno, en momento dulce de forma.
El madrileño, corredor que se inició como profesional en 2004 en las filas del Fuenlabrada y pasó con más pena que gloria por el Caisse d'Epargne y Lotto, consultó a su jefe antes de salir hacia la cumbre. Tenía licencia para ganar.
Dicho y hecho. Se pegó a Sorensen con el pelotón a tiro de piedra. Dudas y preocupación porque el grupo principal volaba para desangrar a Antón. "Creí que no llegaba", temblaba aún Dani Moreno. Pero el premio llegó sin oposición de su rival. Un simple acelerón y brazos al cielo. Una triunfo con recuerdo adicional, el jersey de puntos azules de la montaña.
Por detrás los favoritos subieron los 23 kilómetros del puerto granadino, esta vez por su vertiente más amable, dentro de un numeroso grupo. La alerta la puso el Liquigas de Nibali, el único de los ilustres que atacó en toda la subida. El arreón fue contestado por una treintena de corredores que hacía fila. Salvo Antón y Menchov, el resto de rivales aún se miran en un puñado de segundos.
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