Lección de convivencia entre aficiones

Los aficionados españoles y escoceses dieron una lección de convivencia en las horas previas al partido, tomando la hinchada británica las calles de Alicante. Ataviados en gran número con el kilt (falda), la Tartan Army, como se les conoce, arrasó de forma pacífica en los bares de la ciudad.

Fueron muchos los locales que aumentaron de forma considerable la venta de bebidas alcohólicas y, sobre todo, de cerveza de todas las variedades, hasta el punto que las jarras pasaban a ser un elemento más del traje típico escocés. La afición británica se caracterizó durante su estancia en Alicante por su cordialidad y fue común encontrar a seguidores españoles y escoceses fotografiándose juntos. Cualquier lugar era bueno: la playa, una plaza, una fuente o un banco.

Ya en el estadio Rico Pérez, la mayoría de la hinchada visitante ocupó el Fondo Sur y Preferencia, aunque en realidad había seguidores desperdigados por el campo. Así se hizo notar cuando los jugadores de Levein saltaron a calentar.

Una de las preocupaciones del Hércules, titular del estadio, era que el terreno estuviera en perfectas condiciones. Sin embargo, sí dio problemas el marcador. El electrónico se negaba a arrancar en los instantes previos al choque.