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Llegó la famosa hora de los abanicosLa felicidad de una entrada al 'cielo'El gigante Isner chocó con su techo

La séptima etapa del Tour de Francia transcurrió sin demasiado percance, el pelotón marchaba con normalidad pero la carretera era propicia para que se diesen los abanicos en el pelotón, Aun así, los equipos parecían haber firmado una pequeña tregua sin muchos ataques.

Aficionados franceses ya posan con lo que será, sin duda, uno de sus objetos más preciados; las entradas de la ansiada final del torneo. Francia aguarda un partido único y que puede convertir a los galos en campeones del mundo por segunda vez en su historia.

El bombardero estadounidense disputó un partido muy completo pero sufrió un curioso deja vú cuando vio cómo el útlimo set se alargaba hasta más allá de los 20 juegos, pues en 2010 ya jugó el partido más largo de la historia frente a Mahut también en Wimbledon.

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