De la ambición al egoísmo
La ansiedad traiciona a Tato, que desperdicia dos ocasiones de gol abusando del individualismo · El exazulino Verdés cumple un buen partido y sale lesionado
Hay días en los que es mejor no levantarse. Si la pasada semana Tato fue el gran protagonista del Xerez por los dos tantos marcados contra el Murcia, ayer estuvo muy desafortunado y provocó en algunos momentos incluso la bronca del público, que no está conforme con algunos detalles de egoísmo que acumula este futbolista. Lo hizo con Maldonado la pasada semana y ayer le volvió a pasar.
Y eso que empezó bien, con buenos desmarques y sabiendo ganarle la espalda a la defensa ilicitana, especialmente frágil incluso jugando con tres centrales, aunque Etxeita se incrustaba en el centro del campo. Pero el murciano no estaba nada lúcido y a los veinte minutos firmó una acción incomprensible. Conducía el balón con José Mari solo a su derecha y en lugar de pasárselo, se empeñó en jugar en solitario y desaprovechó una buenísima ocasión para marcar.
Poco después desperdició otra oportunidad al precipitarse con una vaselina innecesaria, ya que estaba demasiado alejado de la portería y también estaba José Mari mejor posicionado.
En este caso no jugaba como referencia ofensiva, como sucedió la pasada jornada, sino que estaba haciendo de enganche con José Mari. Y no es que no se entienda con el sevillano, sino que da la impresión de que se siente más cómodo jugando solo arriba.
En la defensa ilicitana estaba el exazulino Verdés, que el año pasado fue expulsado en un partido como éste. Estaba respaldado por Pelegrín, un futbolista que gustaba mucho a Javi López y por Etxeita, uno por el que apostaba en su momento a Ziganda. Verdés no se complica, sabe que a Bordalás no le gustan las florituras y rara es la ocasión en la que sale con el balón jugado.
El de ayer será un partido difícil de olvidar para él y no por el resultado, sino por la jugada en la que, precisamente, chocó con Tato. Tuvo que pasar la noche en el hospital de Jerez por el fuerte golpe recibido. Fue un final indigno para un buen partido del valenciano, que se ha instalado en esa categoría de futbolista fiable para la Liga Adelante, a la espera de que algún día alguien apueste por él en Primera, aunque a sus 28 años ya va siendo complicado.
En la segunda parte Tato todavía parecía tener en la mente los fallos del primer periodo y tampoco estuvo acertado. Casi siempre le sobraba un regate o le faltaba pausa para dar el pase en el momento oportuno. Sin embargo, Moreno le dio los 90 minutos y se terminó ubicando en la izquierda después de que se marchara Maldonado, ya con José Mari y Vélez formando pareja en la delantera.
Hasta el momento ha demostrado ser un jugador interesante y sus números no son nada malos, pero más allá de los goles, necesita un partido completo para demostrar que se merece tener más protagonismo. Que desaparezca la sensación que hay en el ambiente de que en algunas ocasiones piensa más en él mismo que en el equipo. Aunque, dicen, eso es propio de los delanteros.
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