Una ocasión para superar el bache

El Mundial se presenta para el balonmano español como una oportunidad de recuperar un deporte que hace unos años fue sinónimo de elite y hoy anda sumido en una profunda crisis. La selección ganó hasta el momento su único Mundial en Túnez 2005, precisamente cuando se vivían los años dorados de este deporte. La Asobal era entonces el mejor campeonato del mundo. Ocho años después la mayoría de las grandes estrellas emigraron a otras ligas europeas, desapareció casi al completo el subsidio del Estado, innumerables entidades poseen deudas de meses con sus plantillas y las gradas están vacías.

"Todos sabemos cómo está el balonmano actualmente, condicionado por la crisis general que vive el país, pero tenemos la oportunidad de relanzar el deporte con este Mundial. Cuanto más arriba estemos en lo deportivo, más seguimiento habrá y más posibilidades habrá de que la gente se aficione", afirmó el central Carlos Ruesga.

La debacle de la liga Asobal provocó un éxodo inevitable de las estrellas a lo largo de los últimos años y las consecuencias quedaron reflejadas en la lista de Valero Rivera. Seis de los 16 convocados juegan en el extranjero y siete en el Barcelona, que junto al Atlético de Madrid, antiguo Ciudad Real, son los únicos equipos que esquivan, de momento, la crisis. Entre los integrantes de la selección hay casos como el de Gedeón Guardiola, que para poder marcharse al Rhein Neckar Löwen alemán tuvo que perdonar un año de salario de deuda al Portland San Antonio y así poder finalizar su contrato con el equipo navarro.

El balonmano se consolidó como una de las disciplinas más practicadas en España. De hecho, es el tercer deporte con más federados por detrás del fútbol y el baloncesto, gracias a los éxitos de la selección, que desde 1996 ha cosechado tres medallas olímpicas, cuatro en campeonatos europeos y dos en Mundiales. "Ha habido más resultados deportivos que gestión y eso puede dar muchos problemas. Ojalá esto sirva para mejorar la situación", indicó Julen Aguinagalde.

Mientras la confianza en la calidad del actual equipo español hace pensar con la opción de un podio, aún resulta dudoso que el Mundial pueda servir para hacer repuntar en lo económico este deporte. "Si ya no tuviese 37 años y quisiese progresar, imagino que me tendría que ir fuera. Ahora mismo en España, si no juegas en el Barcelona o en el Atlético, la cosa está muy difícil, porque no está claro siquiera que puedan pagarte", afirmó Demetrio Lozano, ex jugador y campeón del mundo en Túnez 2005.

Pero el antecedente del balonmano femenino tampoco augura un panorama muy ilusionante. Las Guerreras lograron el bronce en los Juegos de Londres, con una audencia de más de tres millones de espectadores en el duelo clave, pero las chicas no percibieron una repercusión positiva en aquella proeza. El equipo anfitrión del Mundial 2013 debutó el viernes con una victoria en una Caja Mágica con un 70% de ocupación. Mañana jugará contra Egipto y la respuesta del público podrá ser importante para saber si el boom del Mundial marcha por el camino esperado.