Aficionados croatas paseaban por la Plaza Roja de Moscú en la resaca de unas semifinales de un Mundial que nunca olvidaran los paisanos de Modric y Rakitic. Su viaje, se extenderá en la capital rusa por unos días, un sueño que pocos ciudadanos croatas podrían imaginar.

Roberto Martínez y sus pupilos belgas siguen en Rusia a la espera del partido que les enfrentará mañana sábado contra Inglaterra por el tercer puesto de campeonato del mundo de fútbol, un partido que sólo servirá para que uno de los dos conjuntos salve su honor.