El Atlético Sanluqueño dio otro paso importante para volver a Primera RFEF venciendo por 2-0 al Alavés B en El Palmar en un partido en el que exhibió gran pegada y un trabajo defensivo enorme. Los goles de Airam Cabrera y Godoy dejan la eliminatoria muy favorable para los hombres de Iriondo, que se mostraron como un equipo rocoso y muy incómodo para un filial vitoriano que apenas le inquietó.   

Comenzó con intensidad el equipo vitoriano, tratando de poner cerco a la puerta de Olmedo y con bastante velocidad sobre todo por banda izquierda. Enfrente, un Sanluqueño que fue de menos a más y si bien es cierto que en los primeros minutos estuvo un poco impreciso, conforme avanzaban los minutos fue haciéndose dueño y señor del encuentro. 

La primera ocasión del partido fue verdiblanca, con un centro de Kike Carrasco por banda derecha que no encontró rematador. Tres minutos después, respondió el Alavés B con un remate de Baz que se fue fuera. 

El toma y daca entre los dos equipos se mantuvo en los minutos posteriores, si bien es cierto que fue el filial alavesista quien dispuso de más ocasiones, la más clara un balón largo que remató mal Marc Tenas, tras ganarle la espalda a Martí Crespí. 

Sin embargo, fue el Sanluqueño quien dio primero. Corría el minuto 20 cuando Luis Vacas ganó la posición por banda izquierda, y con una tranquilidad pasmosa se coló dentro del área hasta centrar al punto de penalti, donde Airam Cabrera alojó el balón al fondo de las mallas. 

A partir de ahí, los visitantes, que hasta entonces habían sido los que más peligro habían creado, se ahogaban una y otra vez en la tela de araña tejida por Iriondo en mediocampo. Así, pasada la media hora Víctor Díaz, de nuevo por la izquierda, centró con precisión al corazón del área y allí, Alan Godoy, con un toque sutil, anotó el 2-0. 

En la segunda mitad, el Alavés cambió el dibujo. Colocó a tres centrales buscando así mayor profundidad por banda con dos carrileros y dos puntas. El guión, no obstante, no varió y el choque continuó por los mismos derroteros, un filial tropezándose una y otra vez con el muro planteado por Iriondo, defensivamente imperial. 

Lo más peligroso fue un disparo lejano de Julio Rafael que se marchó fuera por poco (58'), y un centro atrás de Guille Campos que remató Godoy pero el balón se estrelló en un defensa. El Atleti tiró de oficio y se llevó el partido.