Pedro Sánchez suaviza el Gobierno izquierdista con ministros ortodoxos
El Ejecutivo contará con 21 ministros, de los que cuatro son de Unidas Podemos
Un Gobierno socialista más cuatro ministros de Unidas Podemos. El Gobierno de coalición que ha nombrado el presidente Pedro Sánchez tendrá 21 ministros, el segundo más extenso de la democracia y con seis menos que el último de Adolfo Suárez, donde hubo cinco titulares sin cartera. Sí le sobrepasa en número de vicepresidentes, que esta vez serán cuatro: las socialistas Carmen Calvo, Nadia Calviño, Teresa Ribero y el podemita Pablo Iglesias. Los ministros de Unidas Podemos estarán en franca minoría, tanto en titulares como en competencias. Manuel Castells dirigirá el Ministerio de Universidades, con casi todas las competencias cedidas a las comunidades, y Alberto Garzón, de Consumo, sólo tendrá dos direcciones generales.
Aunque será el domingo cuando Pedro Sánchez comunique al Rey la composición del nuevo Gobierno de coalición, ya se conoce casi la totalidad de los ministros. El presidente no acudirá a Zarzuela, sino que ambos hablará por teléfono. El bloque económico del Ejecutivo está blindado frente a la heterodoxia y las veleidades de izquierdas. Nadia Calviño, la vicepresidenta, es una burócrata que procede de la administración comunitaria; el nuevo ministro de Seguridad Social, José Luis Escriva, dirigía la Autoridad Fiscal Independiente, el organismo que velaba por la ortodoxia presupuestaria de todas las administraciones e, incluso, la nueva titular de Exteriores, Arancha González Laya, es una jurista con experiencia en organismos económicos internacionales.
Por lo que se refiere a los ministros socialistas, Sánchez ha conservado a casi todos los ministros de la etapa anterior, ha tenido que sustituir las bajas de Borrell en Exteriores y de Batet en Administración Territorial y ha prescindido de María Luisa Carcedo al frente de Sanidad, José Guirao en Cultura, Dolores Delegado en Justicia y Magdalena Valerio, en Trabajo.
Dolores Delgado, fiscal de la Audiencia Nacional, tuvo problemas debido a su relación con el comisario Villarejo, aunque en las últimas semanas ganó mucho en el círculo del presidente. Finalmente, no seguirá.
Arancha González Laya (Tolosa, 1969) es la nueva ministra de Asuntos Exteriores. Esta jurista navarra es ahora la subsecretaria general de la ONU y directora ejecutiva del Centro de Comercio Internacional (ITC). Fue directora del gabinete del director General de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y su representante en el G-20. Anteriormente desempeñó varios cargos en la Comisión Europea en el ámbito de las relaciones internacionales.
Pedro Sánchez ha elegido para el cargo que deja José Borrell a esta navarra de perfil muy técnico con una amplia carrera profesional desarrollada en el ámbito internacional. Es especialmente valiosa su experiencia en la OMC, una institución sacudida por la guerra comercial entre Estados Unidos y China. La OCM autorizó recientemente la subida de aranceles de productos españoles por parte de la administración de Donald Trump.
Las incorporaciones corresponde con perfiles muy técnicos y con amplia experiencia. Luis Escrivá será el ministro de Seguridad Social, es el actual presidente de la Autoridad Fiscal Independiente (Airef), el organismo creado a instancias de Bruselas para controlar el saneamiento fiscal de las administraciones. Escriva fue durante muchos años el jefe de Estudios del BBVA y añade a su departamento las competencias de migraciones y de inclusión social. Esta nueva nominación viene a ampliar el poder del ministro frente a la de Trabajo, cuyo departamento queda muy disminuido.
Otra de las novedades es la incorporación de Salvador Illa al frente del Ministerio de Sanidad. Illa es secretario de Organización del PSC, un hombre de la máxima confianza de Miquel Iceta y quien ha negociado, junto a Adriana Lastra y José Luis Ábalos, el acuerdo del PSOE con ERC para la investidura de Pedro Sánchez. Illa también estuvo en la gestora socialista que se constituyó tras la destitución de Sánchez como secretario general. Hay quien ha querido ver en su nombramiento, también, un gesto a Ernest Lluch, ministro de Sanidad, catalán y asesinado por ETA.
La vicepresidenta primera del Gobierno, la persona encargada de la coordinación genera, seguirá siendo la cordobesa Carmen Calvo. Añade a sus competencias las relacionadas con la Memoria Democrática. Calvo coordinó la salida de los restos de Franco del Valle de los Caídos y, para la nueva legislatura, Sánchez anunció en su discurso de investidura una investigación sobre los bienes expropiados durante el franquismo para su posible restitución. Pablo Iglesias será vicepresidente de Derechos Sociales; Nadia Calviño, de Asuntos económicos, y Teresa Ribera, de Transición Ecológica.
En los llamados ministerios de Estado no hay cambios. Fernando Grande-Marlaska, diputado por Cádiz, seguirá al frente de Interior: Margarita Robles ha sido confirmada en Defensa, y María Jesús Montero en Hacienda. La diputada andaluza tendrá más visibilidad en el Gobierno ya que asume la portavocía del Ejecutivo. Será ella quien ponga voz y rostro a los Consejos de Ministros de los viernes.
Reyes Maroto repetirá en el Ministerio de Industria; Pedro Duque, en el de Ciencias, pero sin competencias en universidades, e Isabel Celáa seguirá en educación, pero sin la portavocía. José Luis Ábalos, secretario de Organización del PSOE, sigue en el mismo Ministerio, que pasará a llamarse de Transporte y Movilidad.
El cordobés Luis Planas continúa como ministro de Agricultura. Planas es el tercer andaluz en el Gobierno. El malagueño Alberto Garzón, coordinador general de IU, será el ministro de Consumo. Irene Montero será la ministra de Igualdad y Yolanda Díez, de Trabajo pero sin competencias en Seguridad Social. Manuel Castells compone el cuarteto de ministros de Unidas Podemos al frente de Universidades.
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