Las elecciones generales confirmaron ayer en la Comunidad Valenciana la fragmentación política que ya avanzaron los comicios autonómicos del pasado mes de mayo. El Partido Popular sigue siendo la formación más votada, e incluso recupera cinco puntos porcentuales respecto a las elecciones autonómicas, al obtener el 31% de los sufragios. Sin embargo, apenas logra once escaños, nueve menos que en las generales de 2011, cuando se impuso claramente con el 53,3% de los votos.

Compromís, que logró un escaño junto a Equo en 2011, y Podemos aprendieron la lección del pasado mes de mayo, cuando concurrieron por separado a los comicios autonómicos. Ambas formaciones presentaron una candidatura conjunta al Congreso de los Diputados para evitar la fragmentación de su electorado. Esto les ha permitido adelantar al PSOE y erigirse en la segunda fuerza de la comunidad, con nueve escaños y en torno al 25% de los votos. Sin embargo, se dejan parte del apoyo que recibieron en las elecciones autonómicas, cuando la suma de ambas agrupaciones alcanzó el 31% de los sufragios.

Con un total de siete diputados, el PSOE pierde el segundo puesto que desde hace 22 años ocupaba en unas generales en Valencia y pasa a ser la tercera fuerza, desplazado por la alianza de Compromís con Podemos. Los socialistas pierden casi 200.000 votos respecto a 2011 y se tienen que conformar con el 20% de los votos, prácticamente el mismo apoyo que recibieron en las autonómicas del pasado mes de mayo.

En cuarto lugar se sitúa, igual que en las elecciones autonómicas del pasado mes de mayo, Ciudadanos, que en sus primeros comicios generales lograría cinco escaños. El partido de Albert Rivera se beneficia del tirón de Toni Cantó, fichado como número dos por Valencia y que en la pasada legislatura logró representación por UPyD. Por su parte, tanto el partido fundado por Rosa Díez como Esquerra Unida perdieron el único diputado con el que contaban y no tendrán representación en las Cortes .