La buena gestión, alejada todo lo posible de la polémica del reto independentista, con más acercamiento a la gente y reducción de deuda incluida, de la nueva alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha sido determinante para que la opción En Comú Podem, que agrupa a Podemos, Equo, ICV, EUiA y Bcomú, se convirtiera anoche en la gran ganadora en Cataluña. El éxito de la coalición de partidos de izquierdas fue tal que incluso logró ser la quinta fuerza con más escaños del país, sólo por detrás de las cuatro formaciones de ámbito nacional (PP, PSOE, Podemos y C's). Los 12 diputados conseguidos para un partido prácticamente de nuevo cuño fue una de las grandes sorpresas de la noche. Cataluña aportó a la formación morada su mayor triunfo nacional y uno de cada seis diputados obtenidos por la candidatura encabezada por Pablo Iglesias.

Eso fue posible principalmente porque En Comú Podem, con el historiador Xavier Domènech como cabeza más visible, logró uno de cada cuatro votos emitidos en Cataluña. Dicho apoyo popular tiene gran relevancia porque Podemos ha sido el único de los cuatro grandes partidos que ha defendido desde el principio el derecho de los catalanes a celebrar un referéndum sobre la independencia.

En la otra cara de la moneda, PP y, sobre todo, Ciudadanos, que de algún modo jugaba en casa, quedaron atrapados en el barro de mantener una postura inflexible sobre la unidad de España. Ninguno de los dos partidos de derechas fue capaz de sacar más de 5 escaños, lo que les deja una situación muy complicada como interlocutores de la voluntad de los catalanes.

El PP perdió 6 escaños respecto a 2011, algo razonable y en la media de escaños extraviados en toda España. Llaman más la atención, los malos resultados de los de Albert Rivera, que se erigieron como el partido de oposición al independentismo en las anteriores elecciones autonómicas, y que ahora pasan a un rol completamente intrascendente. Finalmente, los nacionalistas sumaron 17 escaños, muy alejados de sus expectativas. Y el PSOE perdió otros seis diputados, aunque resistió el fenómeno Podemos y Ada Colau.