Sábado de Feria

Desembarco en el Hontoria

  • De todos los pueblos de la provincia, de Madrid, de Huelva, de Málaga, de Sevilla, autobuses repletos de amigos de la fiesta y de los toros dejaron ayer a sus 'guerreros' en el Hontoria.

EL sábado de Feria es una verdadera institución en el Real. Y lo es por varias cuestiones. De un lado es el segundo de los días grandes (El viernes también lo es) y de otro que el parque González Hontoria se convierte en Normandía. Sí señores, en esa playa que la alcaldesa ansía instalar este verano para disfrute de los jerezanos y disgusto de 'Piscinas Jerez'. Y les digo Normandía porque lo que ayer vivió el parque fue un verdadero desembarco. En toda regla, si bien a éste le antecedió otro, que fue el de la noche del viernes. La Feria estuvo realmente colapsada. Con decirles que hubo casetas (como la de González Byass) que tuvieron que esperar a que parte de la clientela se marcha antes de dejar entrar a 'aspirantes' creo que se dice todo. Fue una noche de lo más animada. Con tan sólo dar una vuelta por los alrededores del Hontoria a eso del mediodía se podía percibir, claramente, que se vivían los prolegómenos de algo grande. En la caseta del Diario de Jerez un grupo de jóvenes marbellíes comenzaba a disfrutar de la fiesta mientras, junto a Ifeca, autobuses de las más diversas procedencias se daban cita desembarcando a sus valientes guerreros en el Real. Algunos venían, y varios, de la provincia de Huelva, concretamente de Almonaster la Real. El plan, como se dice castizamente, para comérselo: una mañana en la feria más bonita del mundo (y esto no es una exageración) y una tarde de toros. Acto seguido, recogida hacia tierras onubenses cabezadita Dios mediante.

Otros autobuses llegaron de las localidades cercanas y muchos de Málaga e incluso de Sevilla, tierra donde el carácter feriante se mantiene firmemente.

La 'Hora D' del desembarco no viene a ser tan precisa como la de la Segunda Guerra Mundial. Se comprende, de forma aproximada entre la una y media y las dos y media de tarde. Es en ese momento cuando todo comienza a cobrar vida.

El susto de la mañana se produjo en el Paseo de las Palmeras, cuando los caballos de un enganche se espantaron y provocaron el vuelo del carruaje. El resultado fue un cochero herido en la cabeza (al parecer de carácter leva, aunque fue trasladado al hospital de Jerez por precaución) y un caballo malherido que fue atendido con rapidez por un veterinario municipal. El susto, ni que decir tiene, fue mayúsculo y desagradable para quienes tuvimos la desgracia de contemplarlo en directo.

Hablando de carruajes, hay que pedir que se tomen medidas contra aquellos que se empeñan en hacer negocio cobrando por pasear a visitantes en coche de caballos. Es algo, al menos hasta lo que tenemos entendido, que está prohibido por las ordenanzas.

Para terminar, apuntarles que hubo varias despedidas de soltera, algunas peñas y grupos de amigos que decidieron pasar por el Real perfectamente uniformados. Más que nada, imagino, para no correr el riesgo de perderse aunque perderse en la Feria, a veces, es una bendición.

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