Caballos

Jerez, te soltaré las riendas

  • El Caballo de Oro Abelardo Morales obsequia a la ciudad con una ranchera a caballo interpretada por el cantante y jinete Enrique Palacio.

La suerte charra, el arte de dominar al caballo, tiene su propio corrido. El bolero es puro sentir ecuestre. Al caballo blanco de Vicente Fernández hay que hablarle de verdad, lo dice la charrería. Y Enrique Palacio. El cantante y jinete mexicano lo hizo ayer en el Depósito de Sementales en lo alto de un pura raza rebién domado: "A ti, que te he enseñado muchos aires de alta escuela, te canto de corazón el paso de mi ilusión". Y también Abelardo Morales Purón, el ganadero que ha recibido el Caballo de Oro por la difusión de la raza española en el nuevo mundo, donde Jerez quiere preparar un segundo desembarco de fama ecuestre. "Me comprometo en esta ciudad a seguir promocionando en el continente americano el nombre del pura raza española, de Jerez y su Feria. Transmito mi deseo de establecer un programa de trabajo conjunto para mantener una relación en el tiempo, fructífera para esta linda ciudad y su cultura ecuestre".

El tono del discurso del multimillonario empresario pudo sonar solo a gratitud por la máxima distinción pero no fue así. Lo defendió como quien canta una ranchera doliente. Con el orgullo de ser igual de charro que ibérico. "Existe una incuestionable similitud entre un servidor y mis caballos. Porque, si bien, ambos hemos nacido en México, a los dos, a ellos y a mi, nos corre sangre española. Es el legado de nuestros abuelos y antepasados". Y lo defendió con hechos. Sus sementales son los más premiados de América. En Las Morerías, se crían reconocidos ejemplares de pura raza española y lusitana y se hace por altruismo. "Los caballos tienen la costumbre de comer cada día", le recordaba el criador a un colega jerezano tras el apretón de manos de felicitación. "Pero no hay quien pueda dejar de criarlos", añadió. El caballo ibérico es dócil, soberbio, orgulloso y desclasa al que lo monta.

El premio ecuestre que recibió en la mañana de ayer el ganadero mexicano va a tener retorno. Morales lo avanzó ayer en su discurso de agradecimiento. El mexicano tiene la intención de ampliar la población de su marca ecuestre con una delegación española de Las Morerías. El ganadero, que no concretó el lugar elegido para criar la versión española de sus potros, se suma así a la iniciativa de otros coleccionistas de pura razas española en el continente americano, como la guatemalteca AC o la estadounidense San Nicolás, que cuentan con equipo de concurso en la rueda morfológica española.

La ranchera de Enrique Palacio y su espectáculo ecuestre adornado con los guitarrones de los mariachis Chapala fue el primer obsequio de Morales a Jerez. "He traído desde México a Jerez este regalo musical para que podáis entender la profundidad del sentimiento ecuestre que existe en nuestro país".

El segundo, los elogios al Depósito de Sementales, rehabilitado para la ocasión y decorado con cuadros de los más expresivos caballos del Bocado, los que conservan la base genética de la raza española con la que Las Morerías ha destacado en los rincones de México. "Estas funcionales instalaciones serán de gran utilidad para todos los ganaderos y para todos los eventos y exposiciones que se hagan de nuestros caballos. El gran reto será que todos de forma comprometida sigamos apoyando y manteniendo en el tiempo la esencia de este emblemático lugar".

El flamante premiado accedió al recinto en un histórico carruaje tirado por cinco caballos cartujanos que guió Antonio Carrasco, una leyenda viva de la ciudad en el manejo de la cuarta a la calesera. Se bajó de la carretela en presencia del resto de jinetes (su hija Laura y el olímpico Juan Antonio Jiménez Cobos, ambos jinetes de Las Morerías, y cuatro sobrinos de Álvaro Domecq vestidos con traje de corto y portando banderas españolas y mexicanas a caballo). Habló de agradecimientos, de recuerdos, de familiares que ya no están, de caballos, de amigos, de México y de Jerez, la ciudad que ha querido premiar a un ganadero lejano, poderoso e influyente que apueste por su contundente nombre ecuestre. México, el país que presume de ser uno de los principales productores de caballos españoles en el mundo, quiere ahora soltar las riendas para que Jerez galope por el mundo. Se lo debe.

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