Feria de Jerez

Sentimiento, vivencia y cercanía, en la palabra de Álvaro Domecq

  • Lleno en la Bodega La Concha en las bodas de plata del pregón del toreo jerezano

Álvaro Domecq Romero fue brillante pregonero del toreo jerezano en la XXV edición de esta iniciativa de la Tertulia Taurina "Los 13" que se verificó en la noche del viernes en la Bodega "La Concha" de González Byass.

Un pregón a plaza llena -la bodega dispuso con rapidez de un buen número de sillas supletorias lo que demuestra que la asistencia excedió de lo habitual- y una disertación muy amena en la que hubo sentimiento, color, cercanía, calor y sus notas de humor. En esta edición se recuperaba el escenario de la Bodega "La Concha" y hay que destacar el buen trabajo de organización de "Los 13" y del equipo de Comunicación de González Byass de la mano de José Argudo ya que el acto se desarrolló a la perfección.

Tras los sones del pasodoble de la Banda Municipal de Jerez, que como cada año pone esplendor sonoro al pregón, se guardó un minuto de silencio en memoria de Juan Pedro Domecq Solís.

Inmediatamente y en nombre de "Los 13"  Jesús Rodríguez Gómez abrió los turnos de palabra aludiendo a la prohibición de los toros en Cataluña pero con un mensaje de optimismo por el futuro de la fiesta: los toros son una tradición y como tal, algo que merece ser traído y conservado, y las tradiciones vencen a la historia. Recordó que la lidia ya había superado otras prohibiciones y tras constatar que en el presente el toreo sigue vivo en nuestra cultura, mostró su convicción de un futuro luminoso para la fiesta.

Rodríguez Gómez recordó que el pregón taurino cumple veinticinco años y se congratuló de estar en la Bodega La Concha, escenario de tantos pregones, y "palacio de la palabra", para agradecer a Pedro Revuelta, vicepresidente del consejo de administración de González Byass, presente en el acto, su anfitrionazgo, y a la delegada municipal de Cultura y Fiestas, su asistencia en representación de la alcaldesa.

Inmediatamente tomó la palabra  Álvaro Ojeda, a quien le correspondía el honor de presentar a Álvaro Domecq Romero, tarea como él mismo dijo tan difícil como innecesaria en Jerez. Pero lo hizo a la perfección ya que acudió al lado menos público de quien lo ha sido todo en el mundo del caballo, el rejoneo, la ganadería y el vino: su niñez en Jandilla.

Y fue uno de los momentos entrañables tras el emocionante minuto de silencio porque Ojeda describió con sencillez y afecto la estampa de aquella infancia en el campo, entre travesuras, clases con el "padre Jandilla", y faenas camperas  con figuras del toreo y grandes garrochistas. En aquel paraíso, entre echadas y sueños se forjó una amistad que ha crecido hasta hoy.  Terminó Ojeda destacando la casta que le ha echado a todo en la vida su presentado.

Comenzó su pregón quien es conocido entrañablemente por buena parte de los presentes como Alvarito tras los solemnes sones del pasodoble "Manolete", ejecutado con temple por la Banda Municipal de Jerez. Tomó la palabra "estremecido con una música que he escuchado varias veces entre el miedo y la alegría".

Dio inicio a un pregón muy cercano a todos, con sentimiento y color en las descripciones y recuerdos que tuvo un doble hilo, Juan Pedro Domecq y Jerez, y que salpimentó con anécdotas de sus vivencias que pusieron grata nota de humor. Anécdotas muy bien traídas protagonizadas por el doctor Ruiz Badanelli, queridísimo miembro fundador de "Los 13" quien ascultaba a un banderillero mientras conversaba con  Paco Camino, tan admirado que casi se olvida del paciente pese a las jocosas protestas de este;  otro sucedido en Jandilla con Álvaro Ojeda o la de El Potra cuando "arreglaba" los estudios del joven Alvarito, pretendiendo que los aprobados valieran por dos cursos en vez de por uno;  o con Juan Antonio Romero con quien fue a visitar a un asistido en un manicomio que le dijo al torero "¡Yo sabía que tú ibas a acabar aquí!", o las aventuras con Fermín Bohórquez Escribano en  las islas Galápagos de Ecuador, paradisíacas hasta que a Fermín se le ocurrió apartar a un tiburón de la barca con un golpe de remo, y el bicho se vino arriba.

Sonrisas para adornar una faena que estuvo cuajada de momentos solemnes y conmovedores al hablar de la familia con quien ha compartido toda una vida a caballo, disfrutando de su padre, esencial en su trayectoria.  Una familia que dijo llenaba hoy "Los Alburejos" de sobrinos nietos.

Tuvo palabras muy cariñosas a sus sobrinos, discípulos y continuadores. A Luis lo calificó de excelente rejoneador, nombrando a su caballo "Duende", y de Antonio, que se despide hoy de los ruedos nada menos que en la Real Maestranza de Sevilla, dijo que es fuerte y espectacular, recordando como con "Desplante" hacía la pirueta ante los pitones, cosa que no se ha vuelto a ver.  En el capítulo que dedicó al arte ecuestre defendió el toreo de frente como el rejoneo puro: "ir de frente y esconder la grupa es virtud suprema del toreo a caballo".

Su trayectoria profesional, la evolución del toreo ecuestre y  a pie, y la crianza del toro de lidia fueron telón de fondo para hilvanar recuerdos y protagonistas del mundo del toro, el campo y la garrocha; el pregonero tuvo elogios para todos. También para los competidores en las andanas, en el ruedo, en el corredero y en el palco ganadero, y no se olvidó de nadie: desde la primera figura del toreo hasta los más modestos que pegaban carteles, desde nombres legendarios de la garrocha hasta el más humilde del campo y por supuesto  de los jerezanos.

En el cierre dirigido a Juan Pedro Domecq imaginando la acogida  de todos los familiares que han hecho el mismo tránsito fue también emocionante remate de un acto que tuvo las últimas intervenciones de Pedro Revuelta y de Dolores Barroso y que abre las corridas de  Feria del Caballo con el prólogo el martes de la novillada de la  escuela. Suerte para todos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios