Este señor es el cónsul de Alemania en la zona. Y lo es por mandato de su gobierno para un triángulo con tanto arte como es el que conforman las provincias de Cádiz, Huelva y Sevilla. Ahí es nada. Estuvo de visita en la Feria del Caballo y contra lo que usted pueda pensar -por aquello de los tópicos- se movió como pez en el agua. Y es que los alemanes, cuando conocen el paño, saben de dónde tirar.

-Con absoluta sinceridad, ¿qué cree usted que a un alemán le llama más la atención de una fiesta como la Feria del Caballo?

-A un alemán, y se lo digo con el corazón en la mano, una fiesta como la Feria del Caballo le supondría una mezcla de sentimientos. Es un golpetazo a los sentidos. De un lado, se quedaría absolutamente asombrado de la bulla, del ruido, del ajetreo humano que implica una celebración de estas características. El ciudadano alemán, no debemos olvidarlo, está acostumbrado al silencio, a la paz... Otro ingrediente de la Feria que les llama poderosamente la atención en el colorido, en la alegría en común. Es algo que se nos escapa...

-Ustedes también saben compartir sus fiestas...

-Es cierto, pero es otro estilo. La forma de vivir la vida que hay en Andalucía es muy particular. Además, está la forma en que se comparte de forma pública. Eso, nuestros ciudadanos no lo conocen, al igual que la música, este ambiente...

- Vayamos por partes. Ustedes tienen su 'Oktoberfest' que es mundialmente conocida y es similar...

-Sí, pero es otro concepto, es otra cosa. La fiesta de la cerveza es como... ¡A ver cómo se lo digo! Es una fiesta en la que el principal objetivo es beber. Aquí, también se bebe, pero hay objetivos añadidos tales como la convivencia, la gastronomía. La verdad es que no se pueden comparar. Ésta es una semana en la que se comparte y en la que los 'malos rollos' se olvidan. Eso es muy importante.

-Vayámonos a la política europea. Ciertamente están alabando enormemente el esfuerzo de los españoles durante la crisis...

-Ciertamente es así. España pasó de la nebulosa de los sueños al agujero negro en un tiempo muy corto. El esfuerzo que ha hecho España para escapar del enjambre en que se convirtió la crisis ha sido enorme.

-¿Era previsible este batacazo?

-La crisis ha sido de una profundidad enorme, pero era previsible. No hubo buenos estudios económicos que previeran lo que iba a suceder. Eso sí, el compromiso que adquirió España, al igual que buena parte de Europa, fue ejemplar.

- Tuvo usted la posibilidad se elegir consulado en Jerez, Cádiz, Huelva, Sevilla... y finalmente se queda aquí ¿Por qué?

-Tuve la elección. Es cierto, pero elegí Jerez y la verdad es que no me arrepiento lo más mínimo. Esta ciudad tiene un equilibrio especial a este respecto. Si tuviera que describir a Jerez diría que es una ciudad que sabe atender al ciudadano.

-Obviamente no somos perfectos. Ni mucho menos. ¿Qué cree usted que nos falta?

-Ciertamente un poco más de autoconfianza no nos vendría nada mal en Jerez. Así como un acercamiento mayor del político al ciudadano, que es algo que echo en falta.