El mejor escaparate de la moda flamenca es el Real de la Feria. Una pasarela de albero en la que las grandes firmas y diseños de modistas de ‘toda la vida’ inundan el González Hontoria, poniendo en valor el buen trabajo que se hace en Jerez con la aguja.

La Pasarela Flamenca de Jerez fue la antesala de lo que se iba a ver este año en la Feria, con cuidados complementos, atrevidos escotes y volantes al hombro. Rocío Martín asegura que está siendo un año “espectacular” y reconoce que “cada vez se va a la Feria más arreglada, tanto la gente de aquí como la que viene a visitarnos”. Mantones bordados, tiaras de flores, lunares, cortes a la cintura, exclusivos complementos como pendientes de Lamágora o los peinecillos de mariposas son algunas de las claves de Rocío Martín.

Otra de la grandes firmas jerezanas, que cuenta además con gran difusión es redes sociales, es Belúlah. Susana Quirós, diseñadora de la marca junto a Natalia Gómez, declara que “nuestra colección era parte clásica y parte atrevida, y este año ha prevalecido el atrevimiento, algo sensual pero elegante”. Las flamencas cada vez se dejan más asesorar por las profesionales y la tendencia en flores han sido las coronas laterales. Se ha dejado de llevar el ramillete clásico canastero en el centro: “Las mujeres se atreven cada vez más a ponerse cosas diferentes”.

Los escotes en las espaldas han sido también tendencia y lo que no pasa nunca de moda son las mangas largas. “Este año se ha llevado mucho la manga abullonada. La súper tendencia ha sido llevar mucho volumen en el hombro”, subraya Quirós.

Las jerezanas han apostado por volantes bajos, pendientes de cruces, de piñón y ¡cómo no! por el rojo y el negro. Se han visto cinturones, tejidos vaporosos, pañuelos en lugar de mantoncillos, madres e hijas a conjunto (un clásico); vestidos de rayas, de pequeños lunares y con algunas transparencias. La Feria hay que vivirla y vestirla.