Una fiesta para todos los bolsillos

De las ostras... al pinchito

  • De lo caro a lo barato, de lo delicioso a lo apetitoso La Feria es un universo en miniatura, social y 'gastro'

La Feria es como cada cual la quiera ver. Es cierto que es cara, pues los precios se elevan por encima de lo normal, pero nadie debe llevarse a engaño pues disfrutar de una comida en el Real necesita de una infraestructura que, de por sí, es cara.

La Feria del Caballo dispone de casetas para todos los gustos, desde aquellas en las que se puede llenar la tripa para seguir con la fiesta a otras en las que se pueden encontrar verdaderas excelencias culinarias. "¿Champán Möet Chandon con ostras?" Pues sí, es posible.

El artífice es el conocido empresario hostelero Paco Lechuga que en el 'Rincón Naranjo' brinda a sus clientes con delicias tales como las cigalas de tronco, las ostras y el champán 'Möet Chandon' que se vende a 60 euros la botella. Es, digámoslo así, uno de los más perfectos ejemplos del 'high class' de la Feria del Caballo. A sus 61 años es uno de los veteranos de la Feria. Años de experiencia lo avalan para haberse mantenido tanto en las crestas como en las resacas de las olas. No en vano, empezó en el negocio con apenas 11 años.

-¿Qué pretende cuando oferta productos tan caros como éstos?

-Pues básicamente aportar mucha calidad para que el cliente esté satisfecho. Eso es todo.

-¿Cómo surgió la idea de ofrecer estos productos?

-Pues básicamente era una idea que me rondaba la cabeza desde hacía tiempo. Tenía que ofrecer algo especial. Fue entonces cuando, en las inmediaciones de un negocio conocido como 'La Piedra de Vigo', vi que en vez de puestos de churros, como se estila en nuestra tierra, había puestos en los que se vendían ostras a los clientes. Una vendedora las abría y las ofrecía. Me gustó la idea y me la traje para Jerez. La verdad es que aquello en Vigo, junto al mercado, era todo un espectáculo.

-Siempre se ha dicho que la ostra es especialmente delicada, que hay que tener cuidado con su consumo...

-Precisamente por eso además de las ostras me traigo a una señora desde Galicia para que las abra y las prepare. Ella es la verdadera experta y una gran profesional. La seguridad está garantizada al cien por cien.

- Cuénteme... ¿Y lo del champán 'Möet Chandon'?

-Pues básicamente porque a las ostras tan sólo hay dos vinos que le van estupendamente a la hora de degustarlas: como son los casos, de un lado, de nuestros vinos finos de Jerez y de otro del champán. Era de justicia disponer de ambos para poder disfrutar del manjar.

- ¿A qué precio está vendiendo estos productos?

-Las ostras a 30 euros la docena y el champán a 60 euros la botella.

- Hablemos de cifras: ¿Cuántas ostras ha vendido en la Feria del Caballo?

-En la actualidad estamos vendiendo entre 6.000 y 7.000 ostras durante la Feria. Eso sí, debo decirle que hace años llegamos a vender en una semana de fiesta unas 12.000.

En el otro extremo está el pinchito moruno. Delicioso, sobre todo si un día de calor (de los que ha habido pocos este año por desgracia) se acompaña de un buen vaso de gazpacho. Bocado sublime y barato. El principal exponente del pinchito en la Feria es la caseta de 'El Pozo de la Víbora' la de los vecinos de Picadueña Baja. Los jóvenes que la llevan tienen un referente en su abuelo, llamado Mohand, aunque es conocido por las ferias de toda Andalucía como 'Jaime'. Es una verdadera institución en el arte de ofrecer un pincho moruno de inolvidable sabor. Mohand empezó en 1965, hace 51 años, y sus nietos siguen con un negocio que duplica esfuerzos al coincidir ferias como la de Jerez y la de El Puerto. El secreto del pincho moruno no lo cuentan (todo hace indicar que radica en las especias) aunque la forma de manejar el fuego de los hornillos de carbón se antoja igualmente clave. 

-Aunque en la mayoría de las feria sirven pinchos de carne de cerdo, hay que reconocer que el verdadero se hace con carne de cordero... 

-(Responde Mimoun) Es cierto y de hecho los seguimos ofreciendo en ferias del sur de la provincia como son los casos de Algeciras y La Línea. 

-Imagino que por petición de la población musulmana... 

-Pues no crea. Hay muchos ciudadanos que no son musulmanes que están acostumbrados a esa variedad y nos la reclaman, es más, nos la exigen. 

-¿Cómo es la vida del feriante 'gastronómico'? 

-Pues te dedicas a trabajar seis meses en las ferias y otros seis meses en los que debes buscarte otra ocupación. 

-¿Qué hacen cuando no están haciendo pinchos morunos? 

-Pues básicamente los otros seis meses nos dedicamos a la importación y la exportación. 

-¿Qué tal es la demanda de Jerez en los que a sus pinchos se refiere? 

-Bastante buena. La caseta del 'Pozo de la Víbora' siempre está repleta de clientes que buscan el sabor que aportamos a nuestras carnes. 

-¿Cuál es el secreto de un buen pincho? 

-No lo puedo decir (sonríe incómodo). 

-Imagino que las especias ¿no? 

-Los secretos de familia no se van contando. 

-Pese a todo creo que el fuego debe tener un papel estelar en la preparación... 

-Efectivamente. Primero el fuego debe ser flojo para después pasar la carne a un fuego que sea mucho más vivo. 

-¿Se va notando más alegría en el gasto? 

-La verdad es que sí, pero sin llegar a los resultados que obteníamos allá por 2007. Esas sí que eran buenas ferias. 

-¿Cómo sería la Feria del Caballo ideal para usted? 

-Que fuera de sábado a sábado y si es posible que cogiera el 1 de mayo de por medio.


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