"Bailar en Jerez y con Juan Parra es un escaparate"
Anamarga. Bailaora
La cordobesa se estrena esta noche en el Festival consciente "de la responsabilidad que supone bailar en Jerez" . La artista espera "dar rienda suelta a la improvisación y sobre todo disfrutar"
Ana María García 'Anamarga' se estrena hoy en la Compañía. La joven bailaora cordobesa busca hacerse un hueco en el panorama flamenco y lo hará con una propuesta tradicional en la que compartirá escenario con el maestro Juan Parra. Sabe que su futuro pasa por convencer en Jerez, una ciudad que la ha marcado en los últimos años.
-¿Nerviosa por esta oportunidad que se le presenta?
-Bueno, la verdad es que se me pasan muchas cosas por la cabeza en estos días. Estoy feliz, pero a la vez tengo miedo, estoy nerviosa, tengo ganas...Son muchas cosas.
-Conforme pasan las horas y se acerca el día, ¿le da muchas vueltas a la actuación?
-Muchísimas, porque es una responsabilidad muy grande. De todas formas, quiero estar tranquila y dar también rienda suelta a la improvisación, tampoco conviene estar encorsetada y perder naturalidad.
-¿Por qué eso de Anamarga?
-Me encanta que me lo preguntes porque es una historia que nunca he contado. Cuando tenía era pequeña, mi padre construyó una casa a un pintor muy conocido en Córdoba, Cristóbal Toledo, que le decía que yo tenía algo especial. Decidió llamarme Anamarga, y eso ha sido algo que ha estado ahí, pero que nunca he utilizado por esa connotación final de amarga. Ahora, y aprovechando que estoy en Jerez voy a bautizarme porque además el nombre va con mi personalidad.
-¿Es muy distinta la manera de plantearse un espectáculo cuando viene uno al Festival de Jerez que cuando va a otro sitio?
-Un poco sí, aunque me merece el mismo respeto el público del Festival que el de otro lugar. El único riesgo es que estoy estrenando baile, pero por lo demás me lo planteo igual que otra actuación, aunque es lógico que Jerez pesa.
-¿Y qué Anamarga vamos a ver?
-Lo único que quiero es ser yo misma aunque es evidente que te planteas todo, desde la manera de vestir a la manera de peinarte. En definitiva, iré como soy, porque mis bailes son míos. Me encantaría recordar a mucha gente sin llegar a parecerme a nadie.
-¿Es consciente de que su actuación puede abrirle o cerrarle puertas?
-Por supuesto. Para mí es una oportunidad porque aunque he estado haciendo cosas con compañías importantes, sí que soy consciente de que bailar en Jerez y compartir escenario con Juan Parra es un buen escaparate. Lo tomo y lo asumo como una responsabilidad, aunque ni mucho menos quiero que eso me afecte. Lo tengo en cuenta pero sin que me sobrepase, porque por encima de todo quiero disfrutar.
-Aunque es usted cordobesa de nacimiento, ¿le ha marcado Jerez?
-Sí, por una razón u otra Jerez está marcando mi vida. Para mí esta ciudad tiene muchas connotaciones, por eso espero que la de hoy sea una gran noche.
-Compagina usted estos días la docencia en la Academia de La Chiqui con esta actuación, ¿qué le cuesta más?
-Las dos, porque ambas cosas me dan muchísimo respeto. La enseñanza me encanta, porque a mi edad una lo que hace es compartir información, no podemos hablar de profesores o maestros. Si doy clases me toca el papel de profesora, pero no por ello dejo de aprender. Es más, a medida que pasa el tiempo y sé más tengo la sensación de saber menos.
-¿Se considera un producto del Festival de Jerez?
-Un producto como tal no, aunque sí que es cierto que empecé dando cursos aquí con la propia Rafaela Carrasco, y luego he sido la repetidora de Javier Latorre durante tres años. Sí que es cierto que para productores y demás a veces los artistas somos productos pero para el público no. Yo no voy a bailar pensando en que tengo que sacar cuarenta contratos, para nada, bailaré para disfrutar y sintiendo cada baile que vaya a hacer. Lo importante es quedar bien conmigo misma.
-Para el que no le conozca, ¿quién es Anamarga?
-Anamarga es una bailaora de un pueblecito de Córdoba, Castro del Río, y cuando te crías en un pueblo a cuarenta kilómetros de la gran ciudad y en una familia enorme y humilde no es fácil. Empecé tarde, pero cuando decidí que lo que quería era eso entré como un miura. He hecho cosas importantes, trabajé con la compañía andaluza con Cristina Hoyos, y he hecho algunos espectáculos como 'La voz soñada', dedicado a la mujer, o 'A tecla y tacón', una fusión con un tanguero argentino. Ahora estoy en una etapa que lo que quiero es bailar.
-A lo largo de su carrera, ¿ha tenido algún referente?
-Sí que he tenido muchos, mi maestra María del Mar 'La Chata', una cordobesa que tuvo mucho que ver en mi formación, e indudablemente el maestro Javier Latorre, que para mí ha sido fundamental.
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