Generalmente, si algo tiene este festival que no encuentras en otros es el carácter participativo de todo aquel que pisa la Bodega San Ginés. De esta forma, la presentación del libro ‘Cien años de Tío Borrico’ concluyó en un acertado debate en el que la principal premisa era la de fomentar trabajos de investigación como éste para redescubrir o rescatar del olvido a cantaores que engrandecieron el flamenco.

Y es que afortunadamente para este arte (pese a las pocas ayudas) aún podemos encontrar aficionados y profesionales de la información con ciertas inquietudes y dispuestos a recuperar a personalidades como Tío Gregorio El Borrico. De esta inquietud, la de Alfredo Benítez, Gonzalo López y José María Castaño nació esta obra, que ayer fue presentada en el Festival de Jerez y a la que también asistió la directora del Centro Andaluz de Flamenco, Olga de la Pascua.

“Queríamos romper esa costumbre insana de Jerez de no recordar ni a sus artistas ni a sus efemérides”, comentó Castaño.

El libro en sí repasa la trayectoria del que es “un eslabón imprescindible para la comunicación de los cantes gitanos en el barrio de Santiago”, sugiere el periodista, y su genealogía, escrita por José Manuel Martín Barbadillo.

No obstante, dentro de ese recorrido sobresale además el exhaustivo análisis que Alfredo Benítez ha realizado sobre su discografía y sobre las características que marcaban su cante. Asimismo, la obra viene acompañada de un compacto inédito, cedido por Ricardo Pachón en colaboración con la Agencia Andaluza y el Centro Andaluz, que corresponde a una fiesta en Morón y en la que descubrimos al cantaor jerezano en plena ebullición.