XXIII Festival de Jerez | Rubén Olmo. Bailaor/Bailarín

“Ahora se hace el paso más difícil pero no el más básico”

  • Regresa al Villamarta con ‘Horas contigo’, una reflexión íntima con algunas de sus mejores creaciones

Rubén Olmo: “Ahora se hace el paso más difícil pero no el más básico”

Rubén Olmo: “Ahora se hace el paso más difícil pero no el más básico” / Manuel Aranda

–Vuelve usted al Villamarta con su última propuesta, ‘Horas contigo’, cuéntenos más...

–Bueno, ‘Horas contigo’ es una reflexión de las horas que los interpretes nos pasamos dentro del estudio de danza. Además, también quería hacer una especie de muestra de agradecimiento a ese público que me ha seguido siempre. Yo no soy un artista mediático, pero sí tengo un público fiel que sigue mis creaciones.

–Es quizás el proceso más íntimo de Rubén Olmo...

–Sí, es un recuerdo y también el compartir piezas de mi carrera que han sido poco vistas, pero que tenía ganas de sacarlas del baúl y ponerlas en el escenario. Por ejemplo, recuperamos la ‘Falsa Farruca’, que coreografió Israel Galván o ‘Las sonatas del Padre Soler’ que me hicieron a medida Rafael Estévez y Valeriano Paños.

–El espectáculo estrenó usted en Madrid el año pasado...

–Sí, lo estrenamos en el Festival Flamenco Madrid, aunque para esta vez hemos cambiado algunas cosas. El formato, no obstante, se mantiene, y los invitados, también. Vienen Eduardo Leal y Patricia Guerrero porque como los dos han hecho un poco de carrera conmigo, me gustaba el punto de que Eduardo coreografiara un paso a dos con su forma de sentir hacia mí y que Patricia hiciera su colaboración montando ella el paso a dos desde su perspectiva.

–Ha venido muchas veces al Festival, pero ¿lo vive diferente cada vez que viene?

–Para mí venir al Festival es siempre algo especial porque yo viví esta muestra desde sus comienzos. Siendo pequeñito venía a los cursos y a los espectáculos y para mí, poco a poco se ha ido convirtiendo en mucho más. A mí personalmente el Festival me ha dado mucho, y precisamente en este espectáculo tengo una pieza, que es una soleá con un mantón, que estrené aquí. Para mí Villamarta es un templo mágico y que te hace vivir cosas bonitas.

–Aunque usted ha querido estar siempre en segundo plano, lo cierto es que parte del éxito del Ballet Flamenco de Andalucía...

–Bueno ha sido algo muy bonito y estoy muy contento de haber ayudado a sacar adelante el Ballet, que este año cumple su 25 aniversario. Es un Ballet nuevo, y Úrsula, como responsable, ha tenido que cuajar y hacer un guiso no sólo del espectáculo nuevo, sino de que los bailarines se reconozcan en el escenario porque se han llevado muy pocas semanas juntos. Creo que es importante que el ballet siga, porque ha dado muy buenas figuras.

–¿Es hoy difícil coreografiar?

–Es complicado, sobre todo en los tiempos que corren. Me explico. Un espectáculo se puede hacer en un mes perfectamente, los tres meses se necesitan para realizar esa búsqueda de la perfección, de esa luz que entra y dices ‘esto no sirve y hay que cambiarlo’. Todo eso ya no importa, nos piden las cosas muy rápido y así es complicado. Fuenteovejuna se hizo en dos años y medio, y fue el maestro Antonio Gades. Con esto quiero decir que los tiempos son importantes, aunque sea un poco más caro. Evidentemente, con menos tiempo, se intenta, pero es algo con lo que tenemos que luchar día a día.

–Y a veces la obra se estrena y muere...

–Es cierto, hay muchas obras que se hacen una vez y se quedan ahí y es una lástima. Sólo se piensa en el estreno y poco más. Al final te tienes que adaptar porque uno quiere trabajar, pero ya digo que la maestría de las obras necesitan, como mínimo, tres meses, como en el teatro clásico.

–Ahora que habéis tenido oportunidad de vivir varias audiciones con el Ballet, ¿está la juventud más preparada que antes?

–Se está más preparado en muchos aspectos, pero en cosas básicas no. En pasos básicos de la base, un marcaje por detrás simple, como lo puede hacer Güito o lo puede hacer Mario Maya, el clacisismo en la danza española, eso no lo reconocen, sin embargo pones el paso más difícil del mundo y lo captan rápido. Noto que la base está un poco perdida, y a veces lo enseñas rápido creyendo que lo van a reconocer y te das cuenta que no. En técnica sí han evolucionado, hay mucha preparación, pero la base de los pasos básicos de una cosa, no lo reconocen, como por ejemplo ocurría en nuestra generación.

–Aunque no le gusta que le consideren maestro, sí es cierto que algunos de los artistas que han estado con usted, hablan de sus aportaciones...

–Eso es un orgullo. Es verdad que me cuesta mucho hablar de maestro, pero no oculto que por primera compañía han pasado David Coria, Rosana Romero, Ana Morales, Patricia Guerrero, Eduardo Leal, Ángel Farina, Fernando Jiménez, Mónica Iglesias.... A uno le hace mucha ilusión ya no los pasos, sino que esta profesión es una profesión muy digna y que necesita mucho el respeto y mucha dedicación. Eso se lo meto en vena y los veo desde fuera y digo ‘Dios mío, a veces son peores que yo’. (risas).

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