"Cuando la cosa estaba canina había que irse a la calle a ver qué caía"

Memoria me dio 'pa' ti... La Paquera

"Estoy 'asustá' de cómo aprenden en Japón el flamenco. El olé no lo dicen en su sitio, pero cómo escuchan", recordaba la jerezana en una entrevista

"Cuando la cosa estaba canina había que irse a la calle a ver qué caía"
"Cuando la cosa estaba canina había que irse a la calle a ver qué caía"
F. Pereira

09 de marzo 2014 - 18:02

Grandes como Francisca Méndez Garrido ‘La Paquera de Jerez’ (1934-2004) nacen cada cien o doscientos años. No hay mejor nombre para cerrar esta serie de entrevistas de hemeroteca cuya única intención ha sido homenajearles.

En una entrevista en Diario de Jerez en 1984, La Paquera habla de sus inicios. “A mí lo que me gustaba era jugar con las muchachas de mi edad. Aunque yo ya aprendía todos los cantes puros de los gitanos viejos de Jerez. De mi pare, de mi tío Alonso, de mi tío Eduardo, que cantaba bulerías como nadie”.

Con catorce o quince años ya empezó a cantar “en las fiestas de los Domecq, con Terremoto, Tía Anica ‘La Piriñaca’, El Borrico, Laberinto, Paco Cepero...”.

La Paquera recordaba, en otra entrevista en ABC en 1973, que después de la guerra “la cosas del pescao no siempre iban bien y cuando había canina había que echarse a la calle a ver qué caía”.

Años después se acuerda de Pulpón que “me sacó por los pueblos de Sevilla y luego fui a Madrid al Corral de la Morería, con Beni, La Cañeta, Porrina, Matilde...”, cuenta en otra entrevista a El País en 2002.

La cantaora añoraba épocas pasadas. “Ya no quedan señoritos, yo no sé dónde se han metido. Me acuerdo que Juan March fletó un barco para que fuéramos a cantar a Mallorca. Si se llega a hundir ese barco acaba con el flamenco. Iban todos los monstruos”.

Otra de las cosas que echaba de menos era “el aje. Con el Beni y el Brillantina yo me tiraba al suelo. Sólo nosotros sabemos que Chiquito de la Calzada ha cogío cosas de ellos. Entonces aprendíamos escuchando (...). Ahora salen los artistas que...Hay que tener más respeto por los viejos. Yo iba a escuchar a Caracol al gallinero de Villamarta y cuando salía hacía sus canciones por la calle”.

Para relatar experiencias en Japón, La Paquera sacaba su gracia. “Estoy asustá de cómo comprenden allí el flamenco. El olé no lo dicen en su sitio, pero cómo escuchan”.

Y su Jerez, siempre por bandera. “No es porque sea mi tierra, pero ha sido algo importante para el cante flamenco”, decía a Juan Luis Manfredi en ABC. En esta misma entrevista, criticaba la osadía de algunos ‘enteraos’. “Muchas veces oigo comparar un cantaor moderno con un antiguo, El Marruro, por ejemplo. Y me digo, ¿pero quién lo ha oído cantar si hace un siglo que murió y no hay discos suyos ni ná?”.

En ese capítulo reivindicativo, La Paquera daba también su repaso a los denominados ‘flamencólogos’. “Casi ninguno sabe nade esto porque el cante no puede estar en los libros, los únicos que sabemos de nuestro arte somos los artistas, aunque no sepamos expresarlo con palabras ni escritos. Los flamencólogos no le han hecho daño al arte, pero tampoco lo han ayudado que digamos...”.

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