A día de hoy es una de las voces femeninas más sobresalientes del panorama flamenco. Trianera de nacimiento y con una experiencia de más de treinta años sobre los escenarios, Esperanza Fernández reconoce vivir un momento "de plenitud", algo que espera plasmar esta noche con su presencia en el espectáculo 'En clave de 6'.

-De vuelta al Festival de Jerez...

-Pues sí, hacía muchísimo tiempo que no venía y me hace ilusión. En Villamarta tan sólo he estado una vez, con el difunto maestro Mario Maya, que me invitó a una recopilación que hizo de sus espectáculos. Vine e hice la nana del Amargo, pero después de eso no he vuelto más a Villamarta hasta ahora.

-En clave de 6, pero con sólo una mujer, ¿cómo se lleva eso?

-Se lleva bien, estoy acostumbrada a trabajar con hombres, pero en este caso el respetuo por parte de todos es mútuo. Nos conocemos desde hace tiempo y la verdad es que me miman bastante (risas), me siento como la princesita del grupo.

-¿Y qué Esperanza Fernández vamos a ver hoy, la tradicional o nos sorprenderá con algo?

-Vamos a ver a la Esperanza Fernández que todos conocen porque cantaré cosas flamencas, bamberas, seguiriyas, soleá por bulería, soleá...Realmente hago un buen abanico de cantes incluyendo una vidalita que yo nunca había cantado, y que es una belleza. Lleva letra de San Juan de la Cruz. Bueno, también hay una pequeña sorpresa, aunque eso prefiero no desvelarla, sí que habrá una Esperanza Fernández de cuando era una niña.

-Parte del elenco de este espectáculo coincidió en 'Arrabales', que estrenásteis en la Bienal de Sevilla. ¿Ha sido ese el germen de En clave de 6?

-Yo creo que sí, porque aunque Arrabales no tiene nada que ver con este espectáculo, sí que nos sirvió para desarrollar una unión entre Javier y yo, y eso nos ha hecho más fuertes para poder lograr, con la ayuda de José Luis Ortiz Nuevo, el cabecilla de toda esta trama, este En clave de 6.

-El otro día decía Márquez El Zapatero que en Triana se estaba perdiendo la levadura del cante, ¿coincide con él?

-Puede ser, sí que queda esa pequeña raíz todavía pero ya no hay esa esencia que estaba, porque todo el mundo fue como desalojado. Todavía existen raíces pero es una pena. Aún así yo me siento orgullosa de ser trianera, de haber nacido allí y de conservar esa fragancia.

-Usted ha desarrollado en los últimos años una importante faceta como docente en su academia, ¿le tira más esa profesión?

-Para nada, yo sigo siendo cantaora flamenca, eso no me lo va a quitar nadie. Esto es una cosa secundaria que yo no había experimentado nunca y que cada día que pasa me gusta más, porque me encanta enseñar, no por nada sino porque aparte de mostrar mi conocimiento de los cantes les transmito mis experiencias y sensaciones sobre el escenario.

-Aquí en el Festival, el público foráneo viene con ganas de absorber el mayor conocimiento flamenco posible, ¿le ocurre lo mismo en su academia?

-Claro que sí, trabajar con gente que aunque sea de fuera vienen con muchos conceptos adquiridos y con ganas de aprender es algo maravilloso. Yo me he encontrado de todo, desde personas que lo dejan todo para vivir por el flamenco incluso. Eso es de agradecer.

-¿En qué momento de su carrera se encuentra?

-En un momento muy bueno. En el flamenco nunca se deja de aprender y uno debe tener una lucha contínua con alegría. Llevo más de 30 años en este mundo y realmente siempre estoy feliz con lo que hago. Ahora mismo estoy en plenitud y aparte de este espectáculo que estrenamos en Jerez estoy preparando un nuevo trabajo discográfico que está compuesto por poemas de José Samarago.

-¿Y para cuándo estará?

-Yo espero tenerlo para la primavera, lo tengo muy avanzado y como muy tarde espero que esté antes de verano.

-¿Y algún proyecto más para estos meses?

-Ah, bueno, en septiembre estaré en Jerez si Dios quiere en la Fiesta de la Bulería.