La crítica

La fuerza del baile sevillano

  • El epílogo de la actuación fue una improvisada fiesta por bulerías en la que participaron todos los componentes del grupo.

Con unas bulerías de Bernarda de Utrera y Diego del Gastor como fondo musical, Manuela Ríos inauguró su espectáculo 'Consuelo de Penas'  la pasada madrugada en Sala Compañía. Ya se presagiaban los tintes sevillanos que mostraría la actuación. Para tal ocasión estuvo acompañada por Moi de Morón y José Luis Vega al cante, y una destacada María Vizárraga, que aportó calor a una noche fría, fuera y dentro del escenario.

No es fácil destacar en una muestra como el Festival de Jerez, que ofrece más de medio centenar de espectáculos, casi todos ellos, de baile. Sólo algunos consiguen aportar algo que llame la atención al público. Manuela Ríos estuvo correcta a lo largo de la noche, pero exenta de emotividad y transmisión. Disfrutamos de su fuerza, de su visceralidad y perfeccionismo en cada remate, pero sin llegar a tocar la fibra. Una defensora del baile sevillano más actual.

Por tarantas y mineras ambos cantaores invitaron a Ríos para que ésta comenzara a pasearse por el escenario. Lo más sobresaliente de la noche fue el cante de 'la Tarara' de María Vizárraga, una mujer amoldada al baile, con una voz dulce que engrandeció el espectáculo. El baile en esta ocasión corrió a cargo de Manuela y su invitada Cristina Hall, esta última más cercana a la danza y baile contemporáneo. Entre las dos ofrecieron un gran número, de lo más novedoso que se vivió. Ya sin la pareja, Vizárraga se alargó por bulerías al más puro estilo de Remedios Amaya.

Vestida de negro, la sevillana se situó entre las voces masculina con las que contaba para la actuación. A veces estos adquirieron un protagonismo innecesario metiendo pies que dificultaron la labor de la bailaora. Casi sin espacio, Manuela siguió por soleá para llegar hasta unas bulerías trianeras, en este caso de la escuela Galván.

Las dos bailaoras salieron a escena para responder a los tonos por rondeñas que salían de las guitarras de Ramón Amador y Miguel Iglesias. Cada guitarrista guiaba a una de ellas por una vereda de movimientos circulares y suaves. Antesala de un brillante número en solitario de Cristina Hall, la que sin acompañamiento musical, llevó al escenario las técnicas más avanzadas del baile flamenco.

El epílogo de la actuación fue una improvisada fiesta por bulerías en la que participaron todos los componentes del grupo.

Baile: Consuelo de Penas       

Baile: Manuela Ríos y Cristina Hall.

Cante: María Vizárraga, Moi de Morón y José Luis Vega.

Guitarra: Ramón Amador y Miguel Iglesias.

Día: 4 de marzo.

Lugar: Sala Compañía.

Aforo: 3/4 de entrada.

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