Los palos del baile flamencoEl mirabrás, las cantiñas y otros

EL Festival de Jerez toca hoy a su fin y nosotros nos despediremos mañana de nuestros lectores, con un fin de fiesta por bulerías, como es de rigor. Pero hoy hemos querido ocuparnos de un baile igualmente festero, porque es una cantiña, como es el mirabrás. Un cante y baile de este rincón flamenco del Sur. Ya que el mirabrás, es sanluqueño; de la misma tierra que esa gran cantaora que se llama María Vargas Y al mirabrás, hay que añadirle también a sus primas hermanas las romeras; que son de la misma familia de las cantiñas gaditanas, y cuya música por alegrías sirve tanto para uno como para otro cante y baile.

Quisiéramos haber también hablado, en estos días, de otros bailes, no muchos, la verdad, que se practican por las compañías de espectáculos flamencos. O, mejor dicho, se practicaban; porque apenas si ya se incluyen en las modernas programaciones. Como el zorongo y "La boda de Luis Alonso" del maestro Giménez, que solía incluir la mismísima Carmen Amaya, como parte integrante de su "fiesta gitana", para cerrar sus actuaciones, a mediados de los años cincuenta.

Y ya que hablamos de Carmen, no estaría de más decir que, al mismo tiempo que seguiriyas, soleares, bulerías, farruca, alegrías, zapateado y fandangos, a la gran bailaora gitana del Somorrostro, no se le caían los anillos para bailar también el "Bolero", de Ravel, acompañada de cuatro bailarines y dos bailarinas de su compañía; junto con "La boda de Luis Alonso" que interpretaba con sus primeras y primeros bailarines. Además de que la Amaya incluía en sus espectáculos otros números de danza, a cargo de su cuerpo de baile; como "Triana" de Albéniz y la jota de "La Dolores", de Bretón; así como "Rumores de la Caleta", también de Albéniz, que bailaba la pareja formada por Raúl Martín y María de Aragón, quienes también hacían la "Danza X" de Granados; y otra pareja, formada por Pepita Ortega y Goyo Reyes, que bailaba un bolero, conocido como baile de San Antonio, del maestro Algarra.

En fin, quiero decir con ello que Carmen Amaya, de la que dijo Stokowsky que tenía "el demonio metido en el cuerpo" y de la que afirmó Toscanini, que nunca en su vida había visto "una bailarina con tal fuego, ritmo y personalidad tan maravillosa y aterradora", solía incluir en sus programas toda clase de bailes, tanto españoles, como flamencos y regionales. Y lo mismo ocurría, por referirme a otra figura de la danza, conmo María Rosa, que lo mismo bailaba la "Danza X" de Granados, y "Asturias", de Albéniz, que los tanguillos de Cádiz, el Taranto, en pareja con Fernando Belmonte, y tangos y chuflillas también con Belmonte y el llorado Ángel García.

Aquí, en Villamarta, en un festival benéfico, organizado por quien esto escribe, vimos a Fernando y Ángel, bailar juntos "Clavelitos", de Valverde, convertido en un admirable zapateado; y un prodigioso mirabrás, bailado por Ángel, en solitario, acompañado a la guitarra, y el cante de Álvaro de la Isla. Aparte de un fenomenal fin de fiesta, con gente de Jerez, del que hablaremos mañana.