Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Eva Yerbabuena. Bailaora

"Los recortes en Cultura, Educación y Sanidad son indignantes"

  • La artista nos muestra su faceta más reivindicativa y habla abiertamente sobre su fascinación por coreografiar, "algo con lo que disfruto".

-Viendo la agenda en su web para este mes de marzo da miedo...

-Sí, afortunadamente hay bastante trabajo. Estaremos en Estados Unidos y en Asia durante un mes. Habrá un total de diecisiete funciones, viajamos el 27 de febrero y hasta principios de abril no volvemos. Nos queda una buena época por delante.

-El mercado europeo y japonés es bastante conocido para los flamencos, pero quizás haya otros mercados florecientes como China que aún están por descubrir...

-Para mí China es un mercado mucho más nuevo. Yo hace años protagonicé un gira por Norteamérica que fue maravillosa, fuimos la primera compañía que llevaba allí el flamenco y la danza. Luego, tras unos años de ausencia, volvimos con Miguel Marín en 'Flamenco Festival' y ya sí se conocía más el flamenco. Es cierto que países como China están por descubrir aunque yo fui hace años y fue algo impresionante porque la actitud de ellos no tiene nada que ver con la de nosotros a la hora de comportarnos en un teatro. Pero les gustó, que es lo importante. Son muchos los artistas que desearían moverse por esa zona asiática, pero yo prefiero que el trabajo se dé más cerca, por ejemplo en Alemania, más cerca de casa, y donde a veces es difícil entrar.

-Cuesta trabajo marcharse de casa para estar durante meses de gira ¿no?

-No es fácil. Si yo no tuviera hijos pues no me importaría, estaría loca por viajar. Además no sólo me voy yo, se viene también su padre, mi marido, por lo tanto viajas con las 'carnes abiertas'. Incluso hemos pensado en ocasiones viajar por separado, por si pasara algo que por lo menos sobreviviéramos alguno de los dos, pero nos echamos a reír y le quitamos importancia al asunto, sino es imposible. Te vas rezando y vuelves a casa dando gracias.

-Ya que habla de sus hijas, la pequeña es la que ha dado origen a Ay!, que presenta hoy en Jerez...

-Marieta sólo tiene veintiún mes y es la que me ha provocado un cambio en todo. En mi otro embarazo estuve bailando hasta casi un mes antes de parir, pero con Marieta ha sido imposible. A las seis semanas del embarazo me tuve que retirar temporalmente para descansar y centrarme en el embarazo, me dijo 'tú no bailas más' (risas). Eso ha sido algo fundamental para esta obra, me ha dado tiempo a pensar, reflexionar sobre mis miedos y dudas, sobre todo he aprendido a saber lo que tenía a mi alrededor. Me ha venido bien tener un respiro de unos meses, he salido ganando. Desde que tengo 15 años estoy encima de un escenario, creyendo que si paraba se me olvidarían los pasos y demás, todo un error.

-¿Y por qué ese título?

-Fue lo primero que dijo al nacer. Ni papá, ni mamá, ella dijo ¡ay! y de una forma muy cariñosa. Nos sorprendió mucho porque era aún muy pequeña, me abrazó y gritó ¡ay!. Paco, mi marido, me dijo que mi próximo estreno debía llamarse así. Ese grito fue muy significativo para nosotros.

-En sus espectáculos no sólo adquieren relevancia las voces o el cuerpo de baile, también los instrumentos ¿por cuál sientes especial predilección?

-Buena pregunta (risas). Por el violín. Es un instrumento con el que me siento muy identificada, es melancólico como yo. He necesitado la melodía de un violín para expresar lo que sentía en el momento de preparar la obra. Además, hay una persona que ha significado mucho para mí, a nivel artístico y personal, y que me aconsejó utilizar los agudos de un violín para bailar. Le hice caso y acerté. Me acuerdo mucho de Pina Bausch.

-El Festival de Jerez cumple este año su mayoría de edad y usted lo conoce bien porque ha venido en diez ocasiones con diez espectáculos distintos. ¿Cómo lo ve de salud?

-Pues mucho más maduro, prácticamente ha evolucionado como la vida misma. Ha cumplido más años y eso requiere más responsabilidad. La cita se ha convertido para mí en algo personal, lo siento como mío, forma parte de mí. El Festival de Jerez está formado por un equipo muy competente, que tratan a los artistas con mucho mimo. Jerez es el punto de referencia para cualquier artista, ya sea consagrado o principiante. Es muy importante pasar por Jerez.

-Usted también ha estado desde el principio en el área formativa, que dicen es el pilar de este festival. ¿Cómo ha visto su evolución durante estas 18 ediciones?

-Con el tiempo y la experiencia, he notado que las personas que vienen a este Festival se informan perfectamente de lo que les interesan. Eso es bueno porque los cursillistas aprenden con el maestro que prefieren, no se ven obligados a llevar a cabo un aprendizaje forzado. En esta cita el nivel educativo es altísimo y permite al foráneo elegir qué y con quién va a aprender. Cada año se nota que vienen más preparados.

-Mirando un poco hacia el pasado podemos ver que ha ido estrenando espectáculos casi por año, ¿se puede convertir ésto en una responsabilidad añadida de cara al público?

-No me lo planteo así. Si he creado un espectáculo por año ha sido sin obligación, no ha sido algo forzoso. Como me plantee crear con el tiempo en contra se convierte todo en un caos. No es lo mismo crear un espectáculo por necesidad, por inquietud o por sentimiento, que realizarlo porque te lo exigen. Eso al final no funciona. Yo bailo por soleá, por seguiriyas... y en eso no voy a cambiar, siempre voy a sentir lo mismo. Lo que hay que buscar y pensar es la forma de cómo lo vas a interpretar, un envoltorio que guste. El día que no sienta ninguna inquietud pues bailaré por soleá sin envoltorio, por ejemplo.

-A veces también se echa de menos eso...

-Te puedo decir que no hay año que venga que no me pregunten si voy a bailar por soleá (risas). Claro que bailaré por soleá y por seguiriyas, pero no de la forma tradicional, sino trasladándolo a la actualidad.

-Entonces... ¿debe evolucionar el baile flamenco al nivel de cualquier otro arte?

-¡Claro! Pero no siempre se produce esa evolución de la mejor manera. En muchas ocasiones nos imponen la forma de modernizar el baile. A veces porque algo funcione a algún bailaor parece que todos debemos hacer lo mismo. Yo soy de las que piensan, y me ha traído bastantes problemas con críticos y compañeros, que todo está inventado, que en el baile está todo hecho, sólo hay que ir dándole forma según se sienta el que lo hace. A mí no me pueden imponer que baile de determinada manera porque a uno le ha funcionado. Si no nos damos cuenta de eso, es que no tenemos mucha idea de lo que es el flamenco.

-Cambiando de asunto, ¿cómo es Eva Garrido como empresaria?

-Es una faceta que no me gusta nada. Odio el dinero y todo lo que tenga que ver con decisiones empresariales y burocráticas. Lo material es algo que no me importa casi nada, sólo lo preciso. No obstante, me acompaña un gran equipo de producción, con María Molina a la cabeza, que me facilita mucho el trabajo aunque es verdad que al final la que decide soy yo.

-Sobre todo en una época de crisis económica...

-Por supuesto. A mí acabarán echándome del país, pero no me van a callar. Con la subida del IVA o el IRPF se han cargado la cultura, al igual que ha pasado con la Educación y la Sanidad, lo que para mí es algo indignante. Se han cargado los tres pilares básicos del Estado de Bienestar. No se puede aguantar un 21% de IVA, cada vez pagamos más y cobramos menos. Ahora es cuando los artistas necesitamos un apoyo público por parte del Gobierno, y está ocurriendo todo lo contrario. No creo que haya sido rentable para los políticos que la cultura esté en decadencia. La cultura para este país puede ser muy rentable, un motor económico que no está siendo aprovechado. No podemos ir ni al cine ni al teatro, cuesta un dineral.

-¿Ya tienes algún proyecto a la vista?

-Ya estoy maquinando próximos espectáculos, pero aún no puedo decir nada porque son sólo ideas. Yo soy de las que tienen que tomarse una valeriana para dormir, siempre estoy dándole vueltas a la cabeza (risas). Paco, mi marido, siempre está intentando hacerme desconectar cuando estoy en casa, pero nunca lo consigue. Mientras que tenga ideas mi mente no dejará de funcionar. Llegará el momento en el que no pueda estar físicamente porque la edad no me lo permita o por cualquier otra causa, pero estaré ideando proyectos para los demás, me encanta hacerlo.

-Actualmente son muchos compañeros los que acuden a ti para que le aconsejes o montes una coreografía determinada, debe ser gratificante ¿no?

-Me enorgullece mucho, claro. Uno de ellos es Andrés Peña, con el que cometí el error, imperdonable, de no invitarlo al décimo aniversario de mi compañía. Tengo esa espina clavada porque Andrés fue el primer bailaor que formó parte de la misma. A él le he montado una vidalita al principio de su espectáculo que me encanta, disfruto mucho cuando realizo algo para los demás. Otro de ellos es Edu Guerrero, cuando me pide cualquier cosa ahí estoy.

-¿Qué ha significado la nominación de los Premios Nacionales de Danza británicos?

-Es una pregunta que apenas me han hecho y tenía ganas de responderla. No me ha hecho falta ganar para recibirlo como un premio, algo increíble. Ha sido la primera vez que el flamenco ha estado nominado en estos premios. Veía complicado ganar pero el simple hecho de estar nominada me ha ilusionado mucho.

-Aparte de Asia y Estados Unidos, ¿en qué escenarios la veremos ya en España?

-No nos podemos quejar, afortunadamente. Estaremos en Gijón, Alicante, Santander, Huéscar... no pararemos. El 17 de mayo estaremos en el Teatro Maestranza de Sevilla con 'Federico según Lorca'.

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