1984
Puntos de vista | 40 Aniversario Diario de Jerez
LOS números que identifican años del calendario se deslizan suavemente a lo largo del tiempo sin que la inmensa mayoría de ellos destaquen sobre el conjunto. Algunos, sin embargo, vienen marcados por circunstancias extraordinarias que los hacen sobresalir. Y así, en España y en el siglo XX, podemos percibir, entre otros, la singularidad de ordinales como 1931, 1936, 1939, 1975 o 1978.
1984 no ostenta ese rasgo y, sin embargo, se trata de un ordinal famoso porque es el utilizado por George Orwell para situar su famosa distopía, publicada 35 años antes, de una sociedad organizada según pautas totalitarias con un Gran Hermano convertido en herramienta de vigilancia omnipresente, unos ministerios cuyo cometido es el contrario de su nombre: Ministerio del Amor, para organizar la represión; Ministerio de la Abundancia, para racionar los suministros; Ministerio de la Paz, para distraer a la población con enemigos externos; y el tan citado Ministerio de la Verdad, para transformar la mentira sistemática en verdad oficial. En 1984 esa distopía no tuvo lugar, pero no estoy tan seguro de que ahora no esté ocurriendo.
En todo caso, y en lo que a estas líneas interesa, en ese todavía inocente 1984 tuvo lugar la aparición de Diario de Jerez. Nace bajo el ala protectora y centenaria de Diario de Cádiz y como heraldo del proceso de expansión que José Joly, continuador de la saga de su nombre, extenderá por toda Andalucía. En ese primer hito y en su consolidación posterior resulta de justicia aludir al papel desempeñado por sus tres primeros directores, Manolo de la Peña, Rafael Navas y David Fernández.
Desde entonces, Diario de Jerez, ha sido testigo imprescindible del acontecer jerezano y motor de algunos de sus desarrollos, con esa impronta propia de los medios locales que, en un mundo en el que el papel ha ido siendo sustituido por lo digital y las noticias de “ayer” -así se llamaba un periódico local anterior- sustituidas por la inmediatez más absoluta, siguen rellenando un hueco de información imprescindible a la comunidad local a la que sirven, en un proceso de permanente adaptación al cambio. Porque la data fundacional -1984- nos sirve para recordar cuanto han cambiado los contextos. En cuanto al geográfico hay que recordar que las dimensiones de Jerez eran aproximadamente la mitad de las actuales: su límite por el oeste lo constituía una no desdoblada carretera de circunvalación (hoy avenidas de Adolfo Suárez y la Reina Sofía); por el norte, la carretera a Sevilla que empezaba en el Altillo; por el sur, la Alcubilla y la barriada Federico Mayo; y por el este, unos inmensos descampados culminaban en la lejana barriada de La Granja. Y en cuanto al contexto técnico, hay que hacer un esfuerzo y recordar que esa fecha pertenece a la era analógica y predigital. El telex y el fax eran a modo de prodigios comunicativos; no había, prácticamente, ordenadores, no existía internet, los teléfonos móviles constituían imaginaciones de ciencia ficción etc.
Pues el Diario supo día tras día acoplarse a los inmensos cambios que a lo largo de esas cuatro décadas se iban produciendo, constituyendo su hemeroteca el mejor archivo notarial de la vida social, política y económica de Jerez y reconvirtiéndose con esfuerzo a la nueva era digital, que ha ido arrinconando al papel, pero que le permite continuar con pujanza siendo el medio de información local por excelencia. Y en este 2024, en que por desgracia se están cumpliendo algunas de las distopías anunciadas por Orwell, mi más ferviente deseo es que pueda seguir siendo vehículo de información veraz y libertad de expresión.
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