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El 23F en Jerez | Pedro Pacheco

Aquella revista escondida en un baúl

  • Una revista publicó en 1982 una lista con los que iban a ser fusilados si hubiera triunfado el 23F; entre ellos estaba el ex alcalde Pedro Pacheco

  • El ex regidor apunta que el intento de golpe de Estado supuso un "freno en seco" al desarrollo del estado autonómico

La primera corporación del  Ayuntamiento de Jerez del presente periodo democrático.

La primera corporación del Ayuntamiento de Jerez del presente periodo democrático.

Año y medio después del fallido golpe de Estado del 23F, una publicación ya desaparecida y vinculada a la extrema derecha (Actual) publicaba un listado por provincias de las personas que los golpistas pretendían fusilar si la asonada hubiera triunfado. Entre ellos, se encontraba Pedro Pacheco Herrera, ya por entonces una destacada figura del andalucismo que llevaba casi dos años al frente del Ayuntamiento jerezano.

Tan pronto vio la publicación, se apresuró a guardarla en un baúl para que ningún miembro de su familia la viera y se preocupara más de la cuenta. “Cuando vi mi nombre en la revista me asusté bastante”, reconoce el ex regidor rememorando cómo vivió aquel histórico episodio del que hoy se cumplen 40 años.

En la tarde del 23F, cuando el Congreso participaba en la segunda votación para la elección de Leopoldo Calvo-Sotelo como nuevo presidente del Gobierno en sustitución de Adolfo Suárez, Pacheco presidía en Jerez una reunión del consejo del desaparecido Patronato Municipal de Vivienda. Al terminar, rememora el ex regidor andalucista, vio como algunos miembros de la corporación empezaron a tener la cara “desencajada”. Llegaban las primeras noticas de la irrupción de un grupo de guardias civiles al Congreso a mandos de un teniente coronel.

Casi todos los miembros del patronato se marcharon a sus casas. Pero Pacheco optó por quedarse en el Ayuntamiento a la espera de noticias. Con él se quedaron dos ediles andalucistas, Manuel Cintado y Manuel Parada, además del “guarda de la puerta”. En su despacho de Alcaldía (el Ayuntamiento estaba por entonces en Madre de Dios) permaneció hasta las diez de la noche, cuando recogió a su mujer para regresar a su casa.

“Fueron unas horas de escasez de noticias y de mucha incertidumbre, hasta que salió el ahora Emérito y dio su discurso. Ya en ese momento nos pudimos ir a la cama un poco más tranquilos”, cuenta. Ahora bien, incide en que aún hay muchos aspectos oscuros de lo que ocurrió aquella noche y de quienes lo promovieron. “Aún hay muchos documentos pendientes de desclasificar que nos pueden dar explicaciones a muchas cosas que ocurrieron”, apunta.

La revista donde se anunciaban los objetivos de los golpistas. La revista donde se anunciaban los objetivos de los golpistas.

La revista donde se anunciaban los objetivos de los golpistas.

Al día siguiente, con la asonada ya languideciendo, el primer edil regresaba a su despacho para cumplir con la agenda fijada para ese día. La vida seguía, aunque el susto en el cuerpo aún no hubiera desaparecido.Entre los actos institucionales había una recepción oficial al escritor portuense Rafael Alberti, que venía de Valencia con destino a Cádiz donde iba a dar el pregón de Carnaval. El Ayuntamiento jerezano le iba a prestar un coche oficial (“un 1.500 negro precioso”) para que llegara a Cádiz. Previamente, se hizo una recepción a la que Pacheco llegó tarde. Al salir al encuentro del escritor, cuenta que Alberti le dijo: “Oye, niño, dile a tu padre que salga ya que tengo prisa; Alberti pensó que yo no podía ser alcalde tan joven”.

Ahora bien, con la perspectiva del tiempo, el ex regidor jerezano muestra su convencimiento de que en el 23-F confluyeron “cuatro o cinco golpes de estado” donde cada uno de los protagonistas (Tejero, Armada, Milán del Bosch,…) trató de aprovecharse de “la figura del Rey”. Eso sí, destaca que una de las principales consecuencias que tuvo el golpe fue su incidencia en en el posterior proceso de desarrollo del Estado de las autonomías. “Los grandes partidos aún tienen que explicar qué acuerdos llegaron con el Rey Emérito tras el golpe de Estado”, apunta el histórico andalucista.

A su entender, el 23F supuso un “freno en seco” de los desarrollos estatutarios de comunidades como País Vasco y Cataluña, que tuvo su reflejo en la Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico (Loapa), un texto normativo acordado entre la UCD de Calvo Sotelo y el PSOE de Felipe González con el que se pretendió controlar y armonizar la descentralización de competencias en las comunidades autonómicas (el llamado “café para todos” que abanderó el ex ministro Manuel Clavero).

Al respecto, Pacheco explica: “Se frenaron en seco los desarrollos estatutarios; hubo un paso atrás en la descentralización”. Y apunta que, 40 años después, considera que aún no se ha avanzado lo suficiente. Por ello, el ex alcalde jerezano le gusta recurrir a una expresión: “España es un país que aún no está cuajado. No se ha terminado de hacer el Estado”.

Aurelio Romero: “El 23F fue el espaldarazo definitivo a nuestra democracia”

Aún quedaban dos años para que Aurelio Romero, un histórico dirigente del PP, aceptara el ofrecimiento de encabezar la candidatura a las elecciones municipales de 1983 con la entonces Alianza Popular. Por eso, el golpe de Tejero le pilló completamente fuera de la política. “No tenía ninguna relación con los partidos; yo era, y soy, abogado y el golpe me pilló en mi despacho trabajando”, recuerda.

Aquella tarde recibió a un cliente y fue quien le comunicó lo que estaba ocurriendo en la madrileña Carrera de San Jerónimo. En ese momento, cerró su despacho y se marchó a su casa a la espera de noticias. Durante esa tarde noche se sucedieron las llamadas con familiares y compañeros de profesión donde solo se hablaba de lo que estaba pasando en el Congreso. “Era una situación preocupante, aunque todos logramos calmarnos cuando se emitió el discurso del Rey”, rememora.

Para Aurelio Romero, el 23F supuso “el espaldarazo definitivo para nuestra democracia”. Lo ejemplifica en la multitudinaria manifestación que hubo al día siguiente en Madrid en defensa de la Constitución. “España ya era una democracia en 1978 pero había muchas dudas; tras el intento de golpe de Estado, se demostró sin ninguna duda de que España es una democracia plena”, asevera.

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